ALEJANDRA MAZITELLI
Publicado en Ensayo el 29 de Marzo, 2013, 12:32 por MScalona
- Oradando lo real con Aradura * -
Tengo frente a mí una foto denominada Aradura, la cual me resulta dolorosa porque encuentro en ella lo Real en su expresión infatigable. Veo ante mis ojos la imagen de un joven al que, al igual que la foto, llamaré Aradura porque ambos –foto y nombre-, expresan el punctum en cuestión, o sea el hecho de ser tal, de ser así, de ser esto, como dice Barthes[1] “Una fotografía se encuentra siempre en el límite de este gesto: ¡Ta, Da, Sa! Es decir Esto.” El semiólogo francés sabe que una foto no puede ser dicha filosóficamente, pero nada impide que sea expresada poéticamente y quien dice poesía dice también metonimia, nombres que remiten a otros nombres, significantes varios que remiten a otros tantos hasta tal vez engendrar sentido, si es que hay algún sentido posible para el dolor. Veo entonces que Aradura tiene por delante un amplio y espectral espacio vacio que tendrá que oradar, aún cuando sus pies tiesos se soporten en pesadas muletas que le restan movilidad incluso a sus brazos y manos. En tan adversas condiciones: ¿Cómo surcar ciertas distancias? ¿Cómo ir allí donde sus piernas por si solas no lo llevan? ¿Podrá Aradura decirse a si mismo “Pies, para que los quiero si tengo alas para volar”? La querida Frida supo plasmar sus tortuosos dolores corporales en texturas, líneas, imágenes, símbolos, sonidos y sentidos colores que nosotros a la distancia de su tiempo y su cuerpo doliente llamamos: Obra: pictórica, maestra, inigualable, única y singular. Khalo, surca y cala hondo por su capacidad de plasmar en colores y también en bellos y poéticos sonidos que nos dicen como hace para -pintándose volar-, porque Frida tiene alas para volar y vuela… elevándose en cada pincelada hacia el mundo de la fantasía, donde la nada no tiene lugar porque en Fantasía la nada se convierte siempre en algo: algo a ser nombrado, a ser mirado, a ser dicho, a ser deseado, a ser creado o pintado. Fantasía es el País de las alas que saben nadar, es por ello que en el pórtico de Fantasía Frida también escribió: “intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar” porque sabido es que “solo se trata de vivir” y para eso lo único que se necesita es estar habitado por el deseo que impulse a Fantasía a Oradar lo real, para el bien de Aradura, Khalo o nosotros que ¡Ta, Da, Sa! –aún- estamos aquí.
Alejandra Mazzitelli. * Aradura es el nombre de la foto.
[1] Barthes, Roland. La cámara Lúcida: Nota sobre la fotografía. Pág. 29. |