"Es necesario que se pregunte para que yo siga vivo, por que yo soy tan sólo su memoria". HAROLDO CONTI. Los caminos, homenaje.




LUCÍA BRIGUET

Publicado en Parodias el 11 de Septiembre, 2012, 0:25 por MScalona

Robertson Cursoe

 

            Roberto rogaba que el tiempo de la mudanza sea un momento difícil al que le sucedan vientos de calma. Pero tenía la no grata intuición de que posiblemente era la forma de existencia más elevada a la que podía aspirar. Por lo que también rogaba acostumbrarse a vivir plácidamente entre ráfagas, turbonadas y tsunamis sin mar. Estaba solo pero se sentía parte de algo, sabía que había otros como él, otros que hacían lo mismo, otros que habían caído del paracaídas o de la cigüeña justo en la misma parte del mundo y en simultaneidad temporal, otros  que eran de la misma condición epocal: que vivían  “ in the latinoamerican way of life”. Algo así como una especie adaptación latina del famoso sueño americano.

Departamentos lindísimos (pero para Roberto siempre a alquilar), ultima tendencia en deco (pero pagó por cuatro cortinas “a medida” en sus últimos tres años), trabajos de muchas horas (de 8 a 12 hs), sueldos mínimos para la cantidad de gastos($ de 4.000 a $5.000), consumos máximos(celular, wifi, cable, gimnasio, francés, crédito de las últimas vacaciones, zapatillas, seguro de vida,  salida de fin de semana, ropa, comida afuera, etc..) siempre a full, a mil y mucha, mucha amabilidad. Todo tranqui, todo bien, no problem. El dinero de diez años de trabajo en negro entregado al negocio inmobiliario pero todo bien, vivir en el centro de la ciudad, vivir, tener salud, qué más da. Vecinos siempre nuevos y extraños pero todo tranqui si al fin y al cabo eran como su familia ampliada, estaban tan pegados, las paredes eran tan nuevas, tan de durlock  que los escuchaba, los conocía y hasta un poco los quería.

Tenia la costumbre de dividir en capítulos los distintos momentos de su vida y tituló el tiempo de la mudanza como “Carrera con obstáculos”. La primeras semanas el calefón no andaba, al celular no le llegaba la señal, internet tampoco, el televisor se le quemó con la primer tormenta que pasó en el hermosísimo nuevo lugar y además comprobó que siempre que llovía fuerte o hacia mucho calor en la zona se cortaba la luz. Pero tranqui porque, el tipo ya bicho, había comprado una luz de emergencia y con eso la pasaba genial. Ya va a pasar y sino “es lo que hay” le diría su mamá y sino se decía él mismo “el próximo capitulo algún día vendrá”.

Solía ocurrirle que cuanto más adversas se ponían las circunstancias de su vida además de estar irascible, nervioso, agitado, amargado, envenenado también se ponía más propenso a entregarse a la fantasía. Entonces la mayor parte del tiempo que no estaba con algo de la mudanza o del trabajo o amargadísimo,  estaba en eso: fantaseando con un viaje en barco sobre el mar.  Luego, como no podía ser de otro modo en el capítulo “Carrera con obstáculos”, la realidad le indicaba que el pronóstico no era favorable para tanto sueño y apenas el dinero le fuera a alcanzar para un fin de semana en Alpa Corral. Pensaba que de todos modos no estaba tan mal Córdoba y sus montañitas. Pero no quería ir solo y estaba solo. Todos sus amigos tenían parejas y conseguir novia le estaba resultando una operación difícil de lograr. Optimista quizás también pensaba que si iba de mochilero alguna compañera podía encontrar. Y entonces seguía pensando en el mar y las montañas todas las mañanas, desde que ponía un pie fuera de la cama, pasaba por el baño, se cambiaba, atravesaba la puerta del edificio, caminaba diez cuadras (porque eso sí, se daba pequeños lujos: el lugar de trabajo le quedaba cerca)y llegaba a su oficina y seguía con el sonido de las olas del mar y la imagen de la montaña hasta que lo abordaba el saludo y la pregunta que lo introducía de un golpe en una escena de la que ansiaba no participar mas:

-“Buen día Roberto, ¿Cómo está afuera?”

 Él ya sabía que la palabra “afuera” aludía a “clima” y que la pregunta en si misma no era más que un automatismo inercial de una especie de ritual en el que él era una pieza clave aunque no se le haya preguntado en ningún momento si quería participar. Él entonces respondía “buen día, bien, soleado” o “buenos días, está medio nublado” o “hola, está frio, se viene tormenta”. Cuando en verdad, después de cinco años de escuchar la misma pregunta-campana que daba comienzo a la rutinaria jornada, quería decirle: “Afuera se cae el mundo” o “Afuera murió” o “afuera te espera King-Kong para aplastarte con su manota “o “está el ejercito zarista que vino a decapitarte” o la que mas le gustaba: “a fuera se armó la fiesta del globo y no estamos invitados y es una fiesta eterna así que no preguntes mas, lo que te digo ahora vale para todas las mañanas igual”.

Paso seguido de esa voz interna lo invadía una culpa fatal,  se sentía mal y entonces le preguntaba a su compañera como le había ido el fin de semana si era lunes, o si era cualquier otro día de la semana se ofrecía para pedir café por teléfono o  comprar facturas.

 

-         ¿Estás bien Roberto? Te veo muy pálido

-         Si, va, más o menos, estoy con el tema de la mudanza todavía, un bardo total. Viste como es, dicen que mudarse es uno de los factores más estresantes que existen en la vida de cualquier hombre.

-         Si pero hace tiempo que te veo pálido.

-         Bueno, no soy fana del sol, ¿pero hace tiempo cuánto? Siempre fui muy blanco.

-         Sí, pero no sé…, hace tiempo que quería decírtelo, te veo como ensimismado, llegas tan serio. No lo tomes  a mal, pero te lo digo para que cuentes con migo para lo que necesites.

-         Gracias, si, no ando muy bien pero ya me voy a acomodar. Estoy como en una especie de salto grafico.

-         ¿Que andas en qué?

-         No, es una forma de decir, viste cuando lees una novela y te aparece un espacio en blanco y salta a otra escena, bueno, algo así. Mejor imaginate un punto y aparte.

-         Haa… ¿Vos que sos en el horóscopo?

-         ¿He? No, ni idea.

-         ¿De qué fecha sos?

-         ¿En qué fecha nací? el 24 de mayo.

-         ¡Ha! ¡Sos perro de madera¡ no es tu año querido, acomódate tranquilo que hasta fin de año vas a andar así.

-         Ha bueno, gracias, igual no creo en esas cosas y no soy supersticioso pero prefiero que no me digan nada del zodiaco.

-         Pero no es el zodiaco, te estoy hablando del  Horóscopo Chino.

-         Bueno igual, ahora ya está, pero para la próxima no me digas lo que supones que me va  pasar por el zodiaco, el horóscopo o lo que sea sin antes preguntarme. O ni me preguntes, ya te lo dije, prefiero no saberlo.

-         Bueno perdón, pero te ayuda, en serio, ahora ya sabes que probablemente no es por una anemia que estas así de pálido. ¿Vos tomas líquido en vaso de lata?

-         ¿He?

-         Si tenes vasos de lata en tu casa te pregunto porque dicen que te chupan la energía, guarda, tene cuidado, el perro de madera no está como para a andar sumando ondas negativas a su vida.

-          No tengo vasos de lata, gracias igual Marta,  me voy al baño.

 

 Después de ese tipo de conversaciones entendía porque una parte suya quería decirle a Marta que King Kong la esperaba afuera para aplastarla o que no estaba invitada a la fiesta del globo. Pero lo peor era que su otra parte la estimaba y entonces sabía que había muchas probabilidades de que cuando volviese a su casa busque por  la Web las próximas predicciones para su destino, es decir,  para el destino del perro de madera.

Terminó de trabajar y “afuera” llovía. Era una tormenta fuerte así que comenzó  a prepararse para llegar al nuevo y hermosísimo departamento y encender la luz de emergencia. Ya sabía: si aún no estaba cortada la luz se iba a cortar. Se sonreía mientras comenzaba a caminar, le daba cierto regocijo estar preparado para lo que venia, poder hacer predicciones en base a su propia experiencia. Pensaba que eran más éticas su tipo de predicciones que las que intentó tirarle Marta que nunca se sabe bien de donde vienen. Pero ¿y si todos los perros de madera estaban pasando por sus mimas penurias? ¿No debería convocarlos para compartirles sus aprendizajes y sus modestas predicciones? ¿Y luego no podrían unirse y se organizarse para combatir su año del mal en vez de estar padeciendo en soledad los designios de quién que fuerza sobre natural?

La ilación de preguntas fue interrumpida por la sensación de agua en los pies, uno de los zapatos tenía un agujero. Recordó que ya le había pasado esto con la anterior tormenta pero también recordó que iba a pasar un largo tiempo hasta que pudiera sobreponerse a los gastos de la mudanza y ahorrar para unos nuevos zapatos.

 Así que siguió caminando plácidamente imaginando que estaba llegando al mar y que el agua comenzaba a rozarle los pies. Que una vez que llegase a su nuevo lugar sino tenia luz, no tenía señal, no tenía t.v., ni ningún vecino con quien conversar no iba a importarle para nada porque en verdad él desde hacia tiempo estaba en este mundo para algo especial puesto que era la rencarnación de Robinson Crusoe en una isla sin mar y con Wifi. Roberto era, aun que nadie lo supiese todavía, la resurrección de aquel personaje que ahora se llamaba Robertson Cursoe (por cursi) y que volvió para buscar al imbécil que se le ocurrió que a través de la técnica y de la occidentalización el ser humano podría zafar de su tan propia desolación.

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                                                             LUCÍA  B.

  
Autores
María Paula Cerdán, Francisco Kuba, Verónica Laurino, Marcelo Scalona, Caro Musa, Claudia Malkovic, Silvina Potenza, Marcela González García, Soledad Plasenzotti, Natalia Massei, Mónica M. González, Ariel Zappa, Cintia Sartorio, Cecilia Mohni, Silvia Estévez, Julia M. Sánchez, Matías Settimo, Marisol Baltare, Maximiliano Rendo, Matías Magliano, Andrea Parnisari, Roberto Sánchez, Alina Taborda, Nicolás Foppiani, Mayra Medina, Alfredo Cherara, María B. Irusta, Ale Rodenas, Laura Rossi, Germán Caporalini, Rosana Guardala Durán, Rosario Spina, Sergio Goldberg, Luisina Bourband, Alejandra Mazitelli, Tomás Doblas, Laura Berizzo, Florencia Manasseri, Beti Toni, Nahuel Conforti, Gabriela Ovando, Diana Sanguineti, Joaquín Yañez, Joaquín Pérez, Alvaro Botta, Verónica Huck, Florencia Portella, Valeria Gianfelici, Sofía Baravalle, Rubén Leva, Marcelo Castaños, Luis Astorga, Juan Pedro Rodenas, Esteban Landucci, Dora Suárez, Laura Cossovich, Alida Konekamp, Diego Magdalena, Franco Trivisonno, Gerardo Ortega, Roberto Elías, Facundo Martínez, Ariel Navetta, Graciela Gandini, Jimena Cardozo, Soledad Cerqueira, Juan Gentiletti, Sebastián Avaca, Emi Pérez, Adriana Bruniar, Mariano Boni, Flor Said, Elina Carnevali, Roxana Chacra, Lorena Udler, Nora Zacarías.-