"Es necesario que se pregunte para que yo siga vivo, por que yo soy tan sólo su memoria". HAROLDO CONTI. Los caminos, homenaje.




BOLAÑO por FABIÁN CASAS

Publicado en Ensayo el 1 de Septiembre, 2011, 19:38 por MScalona

 

 

 

Caminando por el lado salvaje

 

 

 

Sobre 2666, de Roberto Bolaño.

Anagrama, Barcelona, 2004.

 

 

 

 

Parece que la cosa fue así: La parca le golpeó la puerta a Roberto Bolaño y éste la hizo pasar y

le empezó a contar historias -algo que aprendió a hacer mientras desempeñaba múltiples oficios- con la

secreta ambición de que la huesuda se cansara de esperar y dejara la abducción del novelista para otro momento.

Pero no fue suficiente. Y Bolaño murió de una enfermedad hepática. Su libro- ahora publicado póstumo- es 2666.

Un mamotreto de más de mil cien páginas que puede servir para inflar los músculos de los brazos

y también para cambiar la percepción de realidad, si uno se anima a dejar el tiempo ordinario para embarcarse

en la lectura de esta obra maestra. Obra maestra no precisamente por la perfección -de hecho, su novela más

perfecta parece ser Estrella distante- sino por la valentía del escritor a la hora de contar historias y producir  poesía.

Porque los libros de Bolaño no sólo son <<Físicos>> por la cantidad de páginas, sino también por la empatía que produce esa máquina de narrar que es el chileno. Parece que Bolaño empezó teniendo en su norte a los escritores del boom latinoamericano, de esa admiración salió la que tal vez sea su novela más famosa: Los detectives salvajes.

Pero lo que en los detectives no despegaba del todo -tal vez por cierto estereotipo de esas malas novelas de Cortázar-,

en 2666 se vuelve una narración alucinante. Como decía Schopenhauer:  la primera- y casi la única- condición de un buen estilo es tener algo que decir. Y Bolaño lo tiene: la novela esta dividida en cinco libros con dos ejes centrales que los atraviesa a todos:  la misteriosa vida del narrador alemán Beno Von Archimboldi, por un lado.

Y por el otro, los asesinatos de mujeres que se vienen produciendo en Ciudad Juárez,

una localidad onírica y fronteriza del estado mexicano. Se sabe que Roberto Bolaño pensaba dejar estos

cinco libros para que se editaran por separado. Pero sus editores  y sus herederos decidieron publicarlos

en una sola edición. Y, la verdad, acertaron. Tal vez el segundo relato del libro, <<La parte de Amalfitanos>>,

no se podría defender bien estando sola. En cambio dentro del magma de  2666 se deja leer porque negocia

y resignifica las otras secciones.

El libro empieza con la peregrinación de tres críticos tras los pasos de Archimboldi -de quien, se dice, estaría viviendo en Santa Teresa, el nombre con el que se oculta en la novela Ciudad Juárez-. El recurso de migrar en busca

de un autor mítico ya había sido usado por Bolaño en Los detectives salvajes. En esa novela,

dos escritores lúmpenes iban tras los pasos de Cesárea Tinajero, una poetisa líder de un movimiento

radical llamado el Realismo Visceral. Pero esa vez había un error: la encontraban. En 2666, en cambio,

nadie encuentra a nadie. Con la inmensidad del desierto de fondo, una caterva de personajes memorables

van tomando el libro de a poco y hacen metástasis: así está el cronista de boxeo que termina peleándose a

golpes con mafiosos mexicanos, una diputada que trata de averiguar qué hay detrás de los crímenes de mujeres, 

los críticos que practican tríos sexuales, en una repetición demoledora, la descripción de los cadáveres que

aparecen sin ton ni son en los baldíos de un pueblo que tiene todos los ingredientes de las películas de David Lynch.

En esa frontera mexicana, y en la basura industrial que arrojan las maquiladoras donde las mujeres

que van a morir trabajan, parece estar para Bolaño, el signo de los tiempos. Basura que no puede abandonar el planeta, pájaros carroñeros volando a la espera de picar algo, detectives con nombres de famosos poetas chilenos

-Juan de Dios Martínez- y una mujer que, cuando se quiebra, dice:

<<Estoy harta de los mexicanos que hablan y se comportan como si todo esto fuera Pedro Páramo>>.

El epígrafe de 2666 es de Baudelaire y reza así: <<Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento>>.

Con esta sensación en la cabeza, Bolaño armó el bolso y, antes de partir, nos dejó este libro monumental.

 

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                                                                FABIÁN CASAS

Ensayos Bonsai,  Ed. Emecé.

  
Autores
María Paula Cerdán, Francisco Kuba, Verónica Laurino, Marcelo Scalona, Caro Musa, Claudia Malkovic, Silvina Potenza, Marcela González García, Soledad Plasenzotti, Natalia Massei, Mónica M. González, Ariel Zappa, Cintia Sartorio, Cecilia Mohni, Silvia Estévez, Julia M. Sánchez, Matías Settimo, Marisol Baltare, Maximiliano Rendo, Matías Magliano, Andrea Parnisari, Roberto Sánchez, Alina Taborda, Nicolás Foppiani, Mayra Medina, Alfredo Cherara, María B. Irusta, Ale Rodenas, Laura Rossi, Germán Caporalini, Rosana Guardala Durán, Rosario Spina, Sergio Goldberg, Luisina Bourband, Alejandra Mazitelli, Tomás Doblas, Laura Berizzo, Florencia Manasseri, Beti Toni, Nahuel Conforti, Gabriela Ovando, Diana Sanguineti, Joaquín Yañez, Joaquín Pérez, Alvaro Botta, Verónica Huck, Florencia Portella, Valeria Gianfelici, Sofía Baravalle, Rubén Leva, Marcelo Castaños, Luis Astorga, Juan Pedro Rodenas, Esteban Landucci, Dora Suárez, Laura Cossovich, Alida Konekamp, Diego Magdalena, Franco Trivisonno, Gerardo Ortega, Roberto Elías, Facundo Martínez, Ariel Navetta, Graciela Gandini, Jimena Cardozo, Soledad Cerqueira, Juan Gentiletti, Sebastián Avaca, Emi Pérez, Adriana Bruniar, Mariano Boni, Flor Said, Elina Carnevali, Roxana Chacra, Lorena Udler, Nora Zacarías.-