EL PORTADOR, Revista Veintitrés
Publicado en Ensayo el 10 de Septiembre, 2010, 0:52 por MScalona
Con la impronta del Paraná![]() FOTO: FRANCISCO GUILLÉN 09-09-2010 / Homo Sapiens comenzó a publicar una serie de libros de autores locales.
El objetivo es mostrar qué se produce en la ciudad y crear un catálogo con las obras de
esos escritores. Por Silvina Tamous
Ciudad y Orilla” es una colección compuesta por títulos de escritores rosarinos que lanzó la editorial Homo Sapiens, y que tiene como objetivo crear un catálogo de autores locales que dé cuenta de la generación que sucedió a los nombres más conocidos de la ciudad, como Angélica Gorodischer, Jorge Riestra o Roberto Fontanarrosa. Si bien el proyecto está focalizado en 12 publicaciones, ya se presentó un libro de cuentos de Miguel Sedoff y la novela policial escrita por el director de la editorial, Marcelo Scalona. En diálogo con Veintitrés, el editor de “Ciudad y Orilla” reflexionó sobre los problemas que padece la mayoría de los autores del interior, para quienes no sólo es difícil publicar, sino también acceder a una reseña en los medios nacionales. Scalona sostiene que Rosario es una ciudad que debe crear su propia movida y dar cuenta de lo que se está produciendo. Pero sobre todas las cosas, abrir un espacio a la publicación de novelas y cuentos de autores locales. Scalona sostiene que la editorial busca sistematizar una colección de autores rosarinos no tan publicados. Empezar con aquellos que tienen una trayectoria, para darle una solidez y cierto prestigio, y buscar esa tradición de autores de entre 35 y 60 años, “una generación intermedia entre Angélica Gorodischer y Jorge Riestra, para nombrar dos de los autores importantes locales que están vivos. Debajo de ellos está una generación intermedia muy importante, con entre 15 y 20 autores que trabajan desde hace mucho tiempo”, explica. Entre los autores que ya están en carpeta para las futuras publicaciones figuran Alma Maritano, Sebastián Riestra, Patricia Suárez, Daniel Briguet y Lilian Newman, que es de Rosario pero vive en Barcelona. “Hay algunos autores que no viven en Rosario, por eso el nombre de ‘Ciudad y Orilla’, porque la idea es publicar gente que estuvo en Rosario, que si no es rosarina tenga una relación cercana y afectiva con Rosario, como el caso de Juan Becerra que ha participado de concursos de la municipalidad y ha trabajado como jurado para Rosario”, sostiene Scalona. “Hay otros autores, como Ebel Barat, que si bien no son tan conocidos son personas que han trabajado mucho, o han ganado concursos”, cuenta el editor, pero además destaca que en todos los casos se trata de personas que necesitan publicar. “Es necesario crear un espacio porque no hay editoriales en Rosario que hagan publicación de libros, con calidad, con respeto. Si va a tener 500 ejemplares la edición, los tenga, y si los va a distribuir que estén en todos lados y que te acompañe con la prensa”, reflexiona. Homo Sapiens, la editorial que sirve de marco para la colección, tiene un trabajo serio en materia de ediciones desde mucho tiempo. “A Perico Pérez (el propietario de Homo Sapiens) lo conozco desde hace tiempo. Tengo un libro con ellos del 2003 y ellos trabajan muy bien, lo distribuyen. Yo me he encontrado con mi libro hasta en México, y no tienen problema en dar un libro para hacer la prensa, se manejan con profesionalismo”, destacó. Para Scalona el espacio es necesario. “Hay mucha gente que necesita publicar su primer libro y está dispuesto a pagarlo y es una lástima que vaya a editoriales que son una imprenta, que no le hagan prensa, que no tenga un concepto de calidad y un catálogo”, aseveró. Piedra fundacional. El primer libro que inauguró la colección fue Estuve, de Miguel Sedoff, un autor que ya había ganado el premio Municipal de novela Manuel Musto. “Es un escritor que labura mucho, me mandó los cuentos, me parecieron excelentes. Me los mandó por recomendación de otros escritores, funciona así, ese es el sistema”, asegura Scalona. El segundo libro fue la novela El portador, del propio Scalona, un policial negro que bucea en las raíces de la tradición argentina de la novela. “Lo que tenemos proyectado ahora es hacer doce libros. Autores conocidos, premiados, con cierta trayectoria, o algún inédito que conozca alguien con mucha referencia, Alma Maritano, Martín Prieto, Roberto Retamoso, que me digan ‘mira esto’ y lo leemos. En principio lo leo yo, Perico me puede sugerir a alguien como a Daniel Briguet, que es alguien a quien yo leo, que me parece bárbaro. Pero nadie me dice ‘esto hay que publicarlo porque es amigo de pirulo’, porque eso no sirve”, destaca. Pero la selección no es fácil en una ciudad donde no es fácil publicar. “Hay gente que me trae un libro y lo quiere publicar. Y le digo que no, porque es la única colección que tiene Homo Sapiens y todavía ese autor no está para publicar. Incluso a algunos de mis alumnos”, afirma Scalona que desde hace años coordina un nutrido taller literario. Números. Para que no de pérdidas un libro tiene que vender unos 150 ejemplares. En general, algo se puede vender en una presentación, pero lo importante es que el libro después se venda, que esté en las librerías y que circule para trascender y lograr ser leído fuera del círculo de los conocidos del autor. “Entre la presentación y algún auspicio que se pueda conseguir, los gastos se pagan. No es imposible. Todo estos libros están auspiciados por la Secretaria de Cultura de la Municipalidad, la Cámara de Diputados de la provincia, todos pagan un monto fijo por libro. Y la editorial asume también algún riesgo. Además, algunos de los libros tienen auspiciante particulares como el de Sedoff y el mío”, agregó. “Yo aprendí de Alberto Ure, el director de teatro, que cuando empezás a escribir dos líneas de algo tenés que pensar quién lo va a pagar. Hay empresas que auspician este tipo de iniciativas y también los gremios. Hay que buscar”, sostiene. El concepto de “Ciudad y Orilla” es hacer un catálogo serio de la generación intermedia de autores de Rosario, lo que serían los hijos de Jorge Riestra y de Angélica Gorodischer, que tienen una importante trayectoria, gente que trabaja y es conocida en Rosario. Sobre todo por las dificultades que tienen los escritores del interior que no se pueden referenciar con Buenos Aires. “Es muy difícil que nos publiquen una reseña, que difundan la obra, salvo que ellos consideren que es valioso. Y recién lo consideran valioso cuando se llega con un premio”, asegura Scalona. “Entonces hay que crear una movida propia, construir algo propio. Rosario, que está tan linda, tan parecida a Barcelona. Y de repente uno se pregunta dónde hay escritores rosarinos además de Jorge Riestra, Roberto Fontanarrosa y Angélica Gorodischer. Y nosotros vamos a poder decir: acá hay una colección, un catálogo, una editorial que lo distribuye en todo el país y en el exterior, hay prensa, hay reseñas, pero además, para muchos de nosotros lo más importante es que nos lean en la ciudad que vivimos. Yo tengo mucho interés en que me lean los rosarinos”, sostiene el editor de “Ciudad y Orilla”. Un proyecto de la concejala de la UCR Daniela León, que fue aprobado en el Concejo, busca difundir los libros de autores rosarinos y que las librerías le dediquen un espacio a las obras locales. Al respecto, Scalona reflexiona: “Está bien, de todos modos hay que entender que la cantidad de libros que se publican es enorme y hay que entender que el librero tiene un comercio y no va a poner en vidriera sólo de Rosario. Por supuesto que hay librerías que no tienen nada de Rosario, pero hay que medir”. Es que es tal la cantidad de libros que se producen que sería imposible exhibirlos. “Perico me dice que si vienen 40 personas que se pagan la edición, que determinan la edición de 500 libros por autor, no hay espacio donde poner 20 mil libros. Además, la distribución es muy cara, se lleva la mitad del costo de un libro. De manera que a veces no hay lugar físico, incluso lo que editan las editoriales grandes es impresionante”, agrega. El portador. La novela de Marcelo Scalona se presentó a mediados de agosto en Homo Sapiens. El autor brinda algunos de los detalles más importantes de su obra y sostiene que tiene una melodía de base que él eligió que es la del policial negro. “Muy realista, sucio, muy visual, hasta documental, muy cinematográfico. Hay una clara subyacencia de lo social, lo político, y como todo policial negro, siempre campea el mal. No vamos a buscar un criminal, ya sabemos quién es el gran asesino, que es una corporación incluso una corporación política. Esa estructura, tener un criminal y tener un otro, que en la novela blanca deductiva en general es el detective, acá ese otro es un escritor”, dice el autor ahora a manera de introducción. “En muchos autores (Chandler, Piglia) el que investiga es un escritor que está en ese lugar casi accidentalmente porque es detective, o porque tiene que laburar de algo. En mi caso es abogado, mi alter ego es abogado”, asegura. En la novela hay cuestiones que se mezclan con la vida de Scalona, o al menos la rozan. Pereda, el investigador, es abogado al igual que el autor, que además tiene una gran atracción por la lectura. “Yo parto de la idea que siempre conviene escribir sobre lo que uno sabe. También parto de la idea de que la literatura es subjetiva. Yo no comparto muchos cánones objetivistas. No comparto que la literatura sea autobiográfica, pero en general, la mayoría de los autores escriben sobre personajes que tienen que ver mucho con su realidad”, opina. Sobre Pereda, su personaje, Scalona no esconde algo de envidia. “Ojalá yo tuviese un estudio en Palermo, y pudiera meterme en la aventura en la que él se mete, casi subversiva, tan entretenida. Ojala hubiera salido con el travesti bello, o con la nena de 15 con la que sale él”, sostiene. La novela está ambientada en Rosario y en Buenos Aires. “Hay una cuestión objetiva que es la banda criminal, que empieza a trabajar para la política. Por eso el escenario en un momento es el centro del poder del país. Es un argumento fantástico, ahora lo fantástico es un borde de la realidad y uno encuentra parecidos, pero es una ficción, no es una crónica”, acota el autor. “Mi primera novela es policial. El camino del otoño es muy policial inglés, hay un gran héroe que tiene que salvar una sobrina, una biblioteca, un tesoro y escapar. El portador es muy distinta”, asegura. “Son personajes que saben que van a perder, pero igual quieren hacer el camino y tienen que dar la pelea. Con esa premisa de saber que se van a perder, hay un contacto histórico con Roberto Arlt, y con toda la literatura de la utopía en la Argentina, donde yo me quiero inscribir”, dice a manera de declaración. “Los libros de Arlt son del ’30 y yo empecé a escribir en el ’96, pensando en la catástrofe que se iba a vivir en este país con el menemismo. Lo primero que escribí fue el contacto en la celda entre el criminal y el abogado, que es el segundo capítulo. Y después escribí con dureza cómo los pibes de la calle se convierten en terribles criminales.” “Un comisario manda al abogado, al que le compra asuntos, a que saque a este pibe de la cárcel porque ‘trabaja bien, tiene cabeza, una banda armada’. Y el abogado muy inescrupuloso piensa que va a ser una excarcelación y en pocos días va a ganar guita. Pero termina implicado, va viendo que lo van llevando ahí distintas personas, hasta el propio criminal. Ahí empieza la acción y también el suspenso. Pero además empieza a crecer la subjetividad del abogado. Pereda no escribe, es un gran lector, tiene ese vicio de querer saber cómo siguen las historias y él va pensando que esa historia en la que participa tiene una trama aparte, y ahí viene lo que es la autoficción. ¿Esto es lo que está pasando o lo estoy viviendo?”, relata Scalona. “Tomé la melodía de base del policial para hacer esto, y esta cosa de ensayo literario. Por qué se escribe, cómo, en qué momento. En el tema de la subjetividad, Pereda, que viene en caída, se va transformando y empieza a hacer otras cosas porque quiere ver si esto es una historia para escribir.” |