LA NAVIDAD Y LA LLUVIA
Publicado en General el 24 de Diciembre, 2009, 13:02 por CELINA
LA NAVIDAD Y
24 de diciembre. Llueve. No puedo dejar de pensar que a pesar de que la lluvia no me gusta, menos en Navidad, mi perro no la va a pasar mal. Por los petardos. Se supone que es un perro de caza, aunque nunca lo llevamos a cazar. Realmente la pasa mal en estas épocas. En realidad casi todo el verano, los ruidos de los petardos y afines empiezan a escucharse con las graduaciones, continúan para Navidad, Año Nuevo, Reyes y después por algún motivo, persisten. Por eso, a pesar de que la lluvia no me gusta, pienso en Gerónimo-mi perro- y otros que como él, podrán descansar en paz. También habrá seguramente menos heridos por accidentes pirotécnicos. Otra cosa a favor de la lluvia. O la primera debería decir. Es la primera. Aunque no perdemos la costumbre y empezamos mirando para uno, nos creemos el ombligo del mundo. Y no lo somos. Corrijo, me alegro de que llueva para que los niños y sus padres irresponsables no puedan tirar cohetes y también me alegro porque los perros no van a sufrir tanto. Aunque los accidentes de auto con las calles mojadas son más probables. Creo que mi problema es querer abarcar todo. Es imposible. No podemos controlar el mundo. Volviendo a la lluvia y a Definitivamente encontrar el espíritu navideño es más sencillo cuando hay chicos, la ansiedad por la llegada de papá Noel contagia a toda la familia, alguna que otra vez nos hemos disfrazado y gozado al ver sus caritas de asombro. Hemos buscado juntos el trineo en el cielo, nos hemos sorprendido con ellos cuando los regalos, mágicamente, aparecen debajo del arbolito. Los chicos crecen, por suerte, y se llevan sin querer un poco de esa magia. No hay que desesperar. Busquemos, concentrémonos, dentro nuestro hay un niño que aún cree que todo es posible. Todo es posible. No hay fórmulas mágicas, ni la televisión, ni lo que podamos comprar o dejemos de comprar nos va a cambiar la vida. Vayamos a lo simple. Ese es el secreto. Un amigo que hace mucho que no vemos y nos sorprende con un llamado o mail, la sonrisa de los chicos, que siguen creyendo en Papá Noel, a pesar de que saben que no existe, la familia reunida en torno a la mesa, con sus idas y vueltas, pero juntos a pesar de todo, el brindis de las doce, los deseos de paz. Y por qué no, el recuerdo de alguien que ya no está entre nosotros. Recuerdo, del latín ri-cordaris, volver a pasar por el corazón. Este suele ser un tiempo de reflexión, de balance. Termina algo para volver a empezar, aunque en realidad nada cambie. El tiempo continúa, ajeno a nuestros intereses. Sinceramente creemos que el año próximo será mejor, nos ponemos nuevos objetivos, repensamos los que no alcanzamos. Nos renovamos. Creyentes o no, está bueno que intentemos que las cosas nos salgan mejor. Aunque después no se lo logre. No importa tanto. Ese, creo es el espíritu navideño, poner nuestra energía en el futuro. Acercarnos a los otros. Animarnos a un te quiero, acá estoy. Pensándolo de esta forma y a riesgo de ponerme cursi- no se puede nadar contra la corriente- decreto que todo el año sea Navidad. Total hay tantos decretos inútiles y autoritarios, que uno más no hace la diferencia. O la hace toda. ¡¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO PARA TODOS!!!!!! CELINA |