PRESENTARON “EL IMPERIO DE PICHINCHA”, DE RAFAEL IELPI.
Una
sociedad hipócrita que cuestionaba los prostíbulos y al mismo tiempo
los aceptaba como lugar de iniciación sexual de los jóvenes
NAIR TAMARA KOZORIZ, El Fisgón Digital
Arriba, Marcelo Scalona y el autor; abajo, la sala principal del Rivadavia colmada (Fotos Guillermo Turín, Prensa SCyEM)
01/12/2009 - “El
Imperio de Pichincha”, último libro de Rafael Ielpi recientemente
presentado en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario,
describe una sociedad hipócrita que cuestionaba los prostíbulos y al
mismo tiempo los aceptaba como lugar de iniciación sexual de los más
jóvenes. Analiza las conexiones políticas con el desarrollo de los
grupos mafiosos y la “trata de personas”. Durante el acto, en el que
hablaron el presentador, Marcelo Scalona, y el autor, se argumentó en
favor de los llamados divulgadores de la historia enfrentados con los
historiadores académicos.
Scalona. puso
de relieve que el libro tiene como antecedente “ Rufianismo y
prostitución”, que escribieron en forma conjunta Ielpi y el
desaparecido historiador y escritor Héctor Nicolás Zinni. Este libro
-recordó por su parte Ielpi- fue el primero en la ciudad de Rosario en
tratar el tema de la prostitución “...después –dijo- se empezaron a
realizar estudios desde los niveles académicos de la universidad y ahí
la temática tomó una dimensión mas abarcadora y tal vez más minuciosa
porque se empezaron a analizar costados que nosotros no analizamos, lo
específicamente reglamentario, porque no formaba parte de nuestro
interés, de nuestra visión del tema.” Concluyó que ese tipo de relato
“para un lector común es bastante aburrido y denso”.
En
su presentación Scalona asumió y argumentó en defensa del derecho y la
validez de escribir sobre el pasado fuera de los ámbitos académicos,
para ello hizo referencia a la polémica que se presentó entre el autor
del libro y la historiadora María Luisa Mujica a propósito del nombre
asignado al prostíbulo más emblemático de Pichincha, el “Madame Safo”,
aceptado por el autor en lugar de “ El Paraíso” como figura en los
documentos, explicó que “la aprehensión entre los académicos de la
historia y cronistas de la historia u otra clase de historiadores como
es el caso de Rafael o de Zini que trabajan con la historiografía pero
que también, porque les interesa más la literatura o el periodismo,
tienen una concepción de la historia mucho más compleja, más abarcadora
que la sola presentación de documentos o de archivos. Más allá de lo
que pueda decir con toda verdad o certeza un registro de catastro o de
la oficina de habilitación, como ser que el prostíbulo se llamaba “El
Paraíso”, nadie lo conocía con ese nombre,. más allá – bromeó- de que
era un paraíso. Para la mayoría de los que iban, era “Madame Safo”.
Entonces de algún modo ahí hay una diferencia teórica que después juega
en otras cosas más importantes...”
Por su parte, Ielpi
dijo en este sentido a El Fisgón Digital que “la historia académica
tiene un gran valor, que es el valor de la formación que le da la
universidad. Pero en general los historiadores escriben para
historiadores o para estudiantes de historia. El gran público queda un
poco alejado, por ahí, de la historia. Hay excepciones como Halperin
Donghi, que es un tipo de muchísima trayectoria y vale la pena leerlo.
Otros con la cantidad de citas y citas dificultan el acceso del lector
común; la lectura se hace más complicada. Por eso es que existen los
divulgadores de historia por ejemplo Felix Luna , Pacho O´Donnell,
Pigna “. Finalizó afirmando: “Todo el mundo puede tener una mirada de
la historia; unos la tendrán mejor que otros, con más especificaciones,
con más preparación, pero la historia le pertenece a la gente no a los
historiadores”.
Marcelo Scalona subrayó que el libro
tiene una “fundamentación abrumadora”, y también que “es un libro muy
fluido muy entretenido , que se lee casi como un libro de Dikens, sobre
todo uno encuentra en un momento todo ese magma sobre el que trabajaron
Roberto Arlt, Borges, Onetti. (...) que genera un enorme deseo de
agarrar y salir a caminar por Pichincha a reconocer algunos lugares,
porque hay muchas casas que se conservan”.
También
destacó de la obra que el autor ha abordado la historia críticamente,
pues hizo “un análisis similar al que ya utilizó en la crónica que le
dedicó a la Forestal; un análisis ensayístico, ideológico y político
que permite que el mismo lector vaya elaborando el juicio de que el más
grande rufián es la policía o el poder político”. Ejemplificó tal
afirmación con el señalamiento de que ”el fallo de la Cámara Penal de
Buenos Aires que libera después de pocos meses a los 108 rufianes
detenidos por el juez Rodríguez Ocampo por encontrar que no había
asociación ilícita” pese a las pruebas evidentes .
En
ese sentido, Ielpi, explicó que “si se piensa en el rédito económico
que dejaban los prostíbulos se puede vislumbrar el poder que ejercían
en la justicia, pese a que estaba a cargo de profesionales muy
reconocidos”. (…) “Se protegen para no entorpecer la marcha de ese
negocio que por otro lado buena parte de la sociedad la consideraba un
elemento necesario, didáctico e higiénico para la salud de los jóvenes
que se iniciaban sexualmente en los prostíbulos”.
Amplió
el contexto en que se desarrolló el fenómeno prostibulario diciendo que
“no era fruto de actividades individuales, sino que era fruto de una
rígida organización comercial de ´tratantes de blancas´ que es el lado
oscuro de está temático. Yo siempre insisto en tratar que más allá del
costado pintoresco, jocoso, divertido que tiene toda la saga
prostibularia había realmente una cosa aberrante que era la trata de
personas, el engaño, el aprovechamiento de la miseria de las mujeres
europeas, ucranianas, polacas y sobre todo del pueblo judío, que eran
engañadas a través del contrato de casamiento que se fingía, y así eran
traídas a la Argentina”. Otro aspecto a destacar dijo Ielpi fue que:
“existían conexiones importantes con países limítrofes, sobre todo en
Uruguay y Brasil. Con mecanismo muy aceitados “
EL POETA POR EL HISTORIADOR
Al
final de la presentación de su libro, Rafael Ielpi anunció: “Es mi
ultimo intento por tratar el tema, porque me parece que aquí he
redondeado de forma bastante completa esos años de apogeo del fenómeno
prostibulario de la ciudad y seguramente me voy a dedicar a la poesía
que es menos ingrata que la historia” .
Confesó después a El
Fisgón Digital que, “en realidad, no es que sea una tarea ingrata; es
una tarea complicada. Cuando yo empecé a investigar no había Internet,
era todo mucho mas difícil. Ahora me quiero dedicar a la poesía porque
la tenía como una asignatura pendiente”
PROSTITUCION AYER Y HOY
En
el intercambio con el público alguien señaló que en la actualidad
existen muchas ofertas sexuales en el diario. Ielpi dijo al respecto
que “el tamaño de los avisos de autos es más chico que el de las
ofertas sexuales, lo que hace cierto que la prostitución sigue siendo
la profesión más antigua del mundo”.
Una señora del
público comentó a propósito de ello que se publicó en el diario por
equivocación en una oferta sexual su número de teléfono, lo que le hizo
gracia al principio por las llamadas recibidas, pero terminó. “En
octubre me reí –aclaró-, pero en abril no podía dormir por las
llamadas”. La confesión provocó risas del auditorio.
POR LA IDENTIDAD ROSARINA
Luego
de escuchar la presentación del libro, el intendente municipal Miguel
Lifschitz le dijo a esta cronista que estaba “tentado de agarrarlo esa
misma noche y leerlo, porque es una historia relativamente
contemporánea y tiene que ver con nuestro origen aluvional migratorio y
con esa época tan extraordinaria de la ciudad de Rosario que fueron las
primeras décadas del siglo XX, con el desarrollo del puerto, el gran
desarrollo comercial y junto con ello el fenómeno de la prostitución en
el barrio de Pichincha. Es muy bueno reflejar y recuperar la historia
de la ciudad creo que hay muchos historiadores y periodistas que han y
están trabajando sobre distintos temas. Esto es bueno para la ciudad
porque hace a la construcción de lo que es su identidad como ciudad, su
identidad histórica”.
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