Marzo del 2009
Publicado en General el 31 de Marzo, 2009, 17:49
por Patricio Magnano.

14 alumnos de Gustavo Frittegotto presentan pueblociudadcampo, una muestra fotográfica que centra su eje en el conflicto entre los productores de soja y el gobierno, que los medios llegaron a titular "campo vs ciudad" acentuando aún más esta lejanía y estos sentimientos. Conflicto que repite el error de ver lo peor del otro, más diferencias, más distancias. A través de la fotografía y con una vieja Rolleiflex, Gustavo Frittegotto recorrió con sus alumnos el campo, la ciudad y ese estado intermedio que es el pueblo, con el deseo de que en estas imágenes, en vez de ser campo vs. ciudad sea: pueblocampociudad.
Exponen: Matías Blanco, Madeleine Botet Delacaze, Claudia Cagnone, José María Dure, Elvira Favario, Lorena Guillen Vaschetti, Cristian Jerez, Agustina Macri, Patricio Magnano, Laura Oppici, Rubén Radyk, Cecilia Sarmiento y María Laura Sarraude.
Inauguración: Miércoles 1º de Abril 19:30 hs. Lugar: C.E.C. (Centro de Expresiones Contemporáneas, Sargento Cabral y el Río Paraná, Rosario).
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Publicado en Nuestra Letra. el 31 de Marzo, 2009, 17:20
por MScalona

Nostalgia
- Mira Julio… "La Cumparsita" –dijo Regina y señaló a una pareja que bailaba tango. Julio llevaba a Regina apoyada en su brazo. No tenían demasiado apuro mientras paseaban por Plaza Francia y se detuvieron frente a la pareja ni bien Regina los advirtió bailando. Julio observaba contemplativo los firuletes mientras que en Regina cada movimiento hacía crecer un deseo de recuperar la juventud y la valentía para bailar con Julio otra vez.
- Ah, como en los tiempos de antes –dijo Regina con un tono de melancolía más para si que para los oídos idos de Julio.
Julio contó unas once personas aplaudiendo aquel emblema bandoleresco y el ímpetu con que la pareja hizo renacer en otro espacio, otro tiempo. Regina y Julio ya no se sentían tan solos. La pareja agradeció los aplausos pero cuando intentaron reincorporarse a la danza, se acercaron dos policías y comenzaron a discutir con los bailarines. Julio no podía escuchar de qué se trataba y cuando el hombre y la mujer comenzaron a levantar el equipo de música, el sombrero y los CD, decidió acercarse él también. - ¿Qué está pasando oficial? -le preguntó preocupado a uno de los policías. Regina miraba de lejos cómo Julio y otros hombres discutían con los oficiales. Los bailarines no tenían permiso de actuar en la vía pública, no habían pagado. - Pero... ¿qué permiso? ¡Si están bailando! –dijo Julio con la voz estridente y grave que no censuraba cuando algo lo ponía nervioso y las palabras entrecortadas pero contundentes y espontáneas sin ser procesadas ni un segundo por la razón- ¡Estamos en democracia, che! ¡Déjenlos bailar!
Julio volvió donde Regina se encontraba esperándolo. Colocó su brazo de manera que ella pudiera enlazarse con él. Él con su mano libre, tomó su otra mano para comprobar que el brazo que sostenía al de Regina estuviera bien asegurado. - No cambió nada querida –le dijo mientras comenzaban a caminar de nuevo.
Ayelén Coduri (22) Est. Comunicación Social
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Publicado en Nuestra Letra. el 31 de Marzo, 2009, 13:27
por MScalona
Nirvana
Como todos los días, agobiada y confundida por el insomnio de la noche anterior, volvía a su casa después del trabajo. Caminaba agitada, con el rumbo fijo y segura como quien conoce el camino señalado por la costumbre.
Avanzaba indiferente, prediciendo que no habría cambios en el cartel de las ofertas del día de la vieja verdulería que con el sucesor de turno permanecía vigente. Esta vez, quizá como consecuencia de un nuevo invernadero o de modernos plaguicidas, los cajones de madera se habían multiplicado, traspasando los límites de las baldosas rotas que antecedían la vidriera, irrumpiendo el frente del tapial vecino. La pared, revestida desorganizadamente con afiches de ideologías combinadas, anunciaba la utopía de un futuro que no era cercano. En medio de ellos, en los huecos libres y como fruto de la inspiración alcohólica-divina se asomaba con furia un graffiti que decía: “La realidad atenta contra los mandatos más recónditos del amor”.
Interrumpiendo su reflexión, el resto de sus sentidos comenzaba a sentir el perfume de las flores exhibidas al público que, por autoría de los artilugios predeterminados de los aniversarios comerciales, debían mantenerse frescas, entremezcladas con las que auténticas, se encontraban marchitas en los balcones.
La cotidianeidad repetía los hábitos de las bocinas y el humo contaminado afirmaban el aire de occidente cuando de pronto, casi bruscamente, aparecían sin consultarla, el éxtasis, la gloria.
Lo presentía y las emociones más sublimes se apoderaban de ella. A lo lejos podía verlo, en el mismo instante que las hojas de otoño caían cerca de sus pies, recordándole aquel día en que las gotas de lluvia mojaron sus zapatos nuevos, esos que con tanto entusiasmo había comprado para la fiesta en que lo cruzó por primera vez.
En segundos, los recuerdos de aquella noche se reproducían en su mente y mientras avanzaba por la vereda de calle Corrientes, en la memoria, todo su ser bailaba fluidamente con la música que resonaba sin darle tregua en su interior.
Permanecía en ella la sensación ambivalente, eterna y efímera, que ni los pasajes bíblicos más elevados en algún tiempo profetizados habían alcanzado. “El estado Nirvana” había leído alguna vez, aunque sabía que lejos estaba de protagonizar un gurú meditando bajo un ombú.
Invadiendo sus sentimientos de mujer, los recuerdos de la libertad de su infancia se entrometían en su retina. Por un momento, el relato de Salvador Gaviota, aquel viejo libro del que sólo recordaba las fotografías impresas de quien, asumiendo el papel principal, había desafiado el psicoanálisis freudiano más desarrollado, apartándose de su instinto animal más elemental para desplegar sus alas más allá de la presa del día.
Respiraba profundamente, convirtiéndose en aquella que años atrás se deslizaba sin preocupaciones sobre un tobogán, sintiendo el temor de que el camino la llevara hasta abajo y terminara con el encanto.
Como la marea, en su interior, las emociones. Por fuera, la frialdad, resistiéndose a las órdenes autoritarias del azar que precisamente ese mediodía húmedo y nublado había escrito el encuentro.
Él, con su hombría definida y el cabello despeinado le dijo “Hola”, sin detener su marcha.
Ella, a través de gestos que la preservaban, le sonrió con la melancolía interna de saberse aterrizar de uno de los viajes más profundos que jamás hubiese emprendido.
Sus pasos programados a destino la llevaban adelante y nuevamente, la realidad la interpelaba por medio de la fachada del edificio viejo y desolado. Llegaba a casa, podía intuirlo por el olor a sopa que venía desde las alturas, saliéndose de las habitaciones antiguas y confundiéndose con las improvisadas e inseguras notas musicales que sin figura definida salían desde un piano de la planta baja. Inconscientemente sus manos revolvían la cartera, buscando la llave de la puerta principal.
En ese momento, sin insinuarlo, las gotas de lluvia mojaban sus zapatos nuevos, esos que había comprado para caminar aliviada después del trabajo y los que, minutos atrás, habían atravesado la vereda en que lo cruzó por segunda vez. De pronto, en el recuerdo, casi bruscamente, aparecían sin consultarla, el éxtasis y la gloria.
ARIADNA MACHAIN (26) Abogada
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Publicado en Nuestra Letra. el 31 de Marzo, 2009, 13:20
por MScalona
LENGUAJE EXPRESIVO
Departamento de aproximadamente cien metros cuadrados en un primer piso de Laprida al 500. La puerta del edificio es importante; una construcción de cincuenta años, de techos altos, luminoso. Se accede al living por un pasillo, originalmente decorado con pinturas, fotografías y esculturas. Los sillones son confortables y cálidos. Una nutrida biblioteca da cuenta de las lecturas del dueño de casa. La decoración tiene un estilo ecléctico (por ejemplo: fotos en blanco y negro de escritores, un antifaz dorado colocado al descuido, cortinas artesanales, fotogramas de actrices y modelos). Además tiene aire acondicionado. La cocina es lo suficientemente amplia con ventana al Norte. Tiene algunas cuadros y se repite una foto pequeña que hay en living (primer plano de Valeria Mazza). Un tarro de café Tilly y una botella de Baileys están colocados a la vista. Al costado hay un patio con escalera a la terraza.
LENGUAJE LITERARIO
A medio vestir rodeó la sala con los pies descalzos como eje y una aureola de libros la cercó, miró a los amos de esas paredes y reconoció al viejo ciego. No detectó a esos perros de caza de vidas ajenas, ni a Cortázar, ni al pobre Denevi. Menos a Steinbeck. Sólo a Borges, la foto era buena, pero ella hubiera elegido la del viejo volando en globo con su novia japonesa, felices, al viento. Se sintió engañada. Acá no vivía un abogado, al menos era lo que dijo ser, demasiadas novelas, poesía, pinturas, sillones en tonos pasteles. Tenia buen ojo, sabia de resucitar conventillos, de reciclar zaguanes en patios de invierno, altillos en suites. Su trabajo tenía falsedad, hacer que lo barato parezca caro; los espacios mezquinos, generosos. Aún así detestaba la mentira explícita o sospechada, sobretodo si el pecador era un hombre. Era una viciosa de la verdad, aún habiendo sido su garante ejecutada. En un múltiple choice automático podía ligar casas con oficios. Qué hacía este tipo, pensó. Se dejó engatusar por una cortina pintada a mano, palpó el lienzo pesado que filtraba la luz del norte. Lo olió. No era minimalista ni clásico, ni siquiera rosarino, este lugar era mestizo, Lichtenstein con Frida, el flash de Sara Facio con la Monroe entrando al cielo. Desde el baño el golpeteo de una ducha la apuró con su ropa. Supo que hacer con los restos nocturnos de la fiesta, a la resaca la aguanto, al antifaz dorado le escribió un número en el borde interior y lo colgó cruzado en la fotografía de Borges. Nada más triste que el cotillón a las ocho de la mañana. Mientras salía ignoró una reproducción de Kandinsky que le hacía sombra a un diploma en derecho. En el palier se puso los zapatos, se peinó con los dedos y se fue.
RUBÉN DARÍO MUSANTE (46) Est. Universitarios.
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Publicado en cumpleaños! el 30 de Marzo, 2009, 19:14
por MScalona
te quereeeeeeeeeemosssssss negrito
(con la defección de Cepeda y todo)
El miércoles tiramos el rancho por la ventana.
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Publicado en De Otros. el 29 de Marzo, 2009, 21:26
por sandra
A veces,
cuando deshago el camino de la escuela
y me lame el sol de la mañana
y me saluda la florista y
rugen las cortadoras de césped en la plaza
vuelan
nubes de pasto mojado
y cierro los ojos y respiro
hondo
pienso
que la ciudad huele a bosque que
soy una bola de poros,
de intemperie.
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Publicado en Nuestra Letra. el 28 de Marzo, 2009, 22:07
por CELINA
Se asemeja a un ritual. Instalada frente a la computadora poso mis ojos sobre el teclado y mis dedos, sin previo aviso, comienzan a bailar. Como si fuese alguna especie de títere, cuyos hilos invisibles se mueven al ritmo de una música inexistente para mis oídos. No se oye pero se siente, flota en el aire como un perfume dulzón, que empalaga mis sentidos, dejando un sabor extraño. Mi ansiedad se calma sólo parcialmente. Muchas veces no soporto el peso sobre mis hombros, y entonces simplemente lo dejo escurrir por mis brazos, siento como se desliza por ellos y me hace cosquillas en la punta de mis dedos. Algo mágico sucede, imperceptiblemente ese peso se traslada dentro de la pantalla y puedo verlo, corregirlo o borrarlo a mi antojo. Se convierte en algo liviano, maleable, transformo cualquier sentimiento en el contrario, o lo trabajo hasta agotarlo. Nunca dejo de asombrarme, se ha convertido en mi obsesión. Intentar explicar lo inexplicable, no se puede, las palabras hablan por sí solas. Pero yo soy obstinada y regreso una y otra vez sobre lo mismo. En ocasiones me consume, pero de a poco voy aprendiendo a disfrutar, a jugar, a inventar, a arrancarme los pesares e inquietudes, las obsesiones y los deseos. Es inevitable que siga intentando encontrar respuestas, aunque a esta altura creo que no vale la pena. Hay cosas que no necesitan ser explicadas, a nadie se le ocurriría preguntarse por qué las flores son bellas, o un perfume dulce, o la sonrisa de un niño tierna. Simplemente nos llegan al alma y nos recuerdan la sencillez y fragilidad de la vida. Ahí justamente reside su encanto. Lo mismo sucede con el arte, en cualquiera de sus expresiones, hay que amarlo, sentirlo, vivirlo, e intentar disfrutarlo. Vertiginosamente, sigo girando. El ciclo de la vida. Nunca termina.
CELINA
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Publicado en Nuestra Letra. el 28 de Marzo, 2009, 13:10
por MScalona
VERGÜENZA
Rosario es una ciudad preciosa para vivir. No es ni chica ni grande, tiene un río envidiable y es cómoda para moverse. Pero cuando llega enero… la odio !!! La humedad y el calor la hacen insufrible, pegajosa, incómoda y asfixiante.
Bueno, yo estaba en uno de esos días de odio irreconciliable con mi ciudad, con una parva de ropa para planchar al abrazo de un ventilador destartalado (herencia de mi suegra que así lo dejó), con la perra alzada que en guardia al acecho de una jauría patotera, daba vueltas como loca atrás de la puerta produciendo ella y sus congéneres unos aullidos insoportables y encima el horno prendido cocinando incalculables kilos de comida que esperaban el regreso de la horda hambrienta, que seguramente vendría con aullidos (aunque humanos) no menos insoportables.
El mal humor me había transformado, ni siquiera podía vociferar la frase "qué he hecho yo para merecer esto". Y para qué, si ni la perra, más caliente que el horno, estaba ahí para escucharme.
En ese patético momento sonó el timbre, yo a punto de cólera largué la plancha y a chancletazo limpio me dirigí a la puerta pensando… seguro que es la hincha pelotas de al lado que se viene a quejar de los perros o algún Testigo de Jehová que me viene a discutir que Jesús no fue el primer socialista sino que era hijo de Dios. O no, peor, mi suegra…. ah! pero fuera quien fuera me iba a escuchar !
Abrí el postigo de la puerta con énfasis y una brutal cara de culo. Allí parada en la vereda, una mujer con ojos de india y cara de pobre: no alcanzó a decir nada y casi ladrando, haciendo causa común con el motín de la puerta, le dije: no tengo nada !!!
La mujer me respondió: no señora, yo no vengo a pedirle nada, le traje un cesto de junco que hice para agradecerle las cositas que me dio el otro día, las zapatillas blancas le quedaron a mi nene y así, comenzó a enumerar prenda por prenda y niño por niño, que se había vestido con lo que yo le había dado.
Si estaba transpirando, puedo decir que me empezaron a circular por el cuerpo litros y litros de vergüenza; con qué enojo la había expulsado desde mi lugar de burguesa preocupada por el calor-plancha-parva-calentura de la perra y la horda próxima a devorarme.
Respiré hondo y por suerte se me terminaron las respuestas. Se llamaba Mabel, hacía mucho que había venido de El Chaco, y con su marido y sus hijos vivían en el barrio Toba de Rouillón y Segui. Mabel caminaba por horas las cuadras de esta ciudad, a veces sola, a veces con sus niños cargando ajuares regalados. No creo que se preguntara si es lo que había elegido o no, sólo había que hacerlo.
Siguió la charla, el postigo desconfiado pasó a ser la puerta abierta de mi casa y mi cabeza. Me importaba un carajo la horda, la llamarada de día y la comida pasada, ni que hablar de los amores perros que a esa altura ya se habían consumado con un cuzquito negro y tuerto que ahora hacía silencio de alegría.
Mabel se fue sonriente como había llegado, prometió volver con la más pequeña para que la conociera. Yo me prometí no volver a vociferar "qué he hecho yo para merecer esto", pero debo confesar que no soy buena para cumplir las promesas.
SILVIA RIOS (40) Psicóloga -
este ejercicio responde a la consigna EXPERIMENTOS CON LA VERDAD, en base a los textos y propuesta de PAUL AUSTER en su libro homónimo (Ed Anagrama)
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Publicado en Nuestra Letra. el 27 de Marzo, 2009, 19:15
por MScalona
…sí, sí señor comisario…sí…le cuento……eh..?? que qué..?? Lujan me llamo, señor, Lujan como la virgen…. ah sí…. Bueno...llegué temprano, siempre llego temprano y el profe, Marce le decimos vió… me hace esperar abajo y esperé, al rato llegó el gordito ese con cara de degenerado…usté señor comisario tendría que vigilarlo a ese, yo se lo que le digo…sí, sí , ya sigo, no se enoje…..y bueno, esperamos un rato, a las ocho subimos, estaba la puerta abierta y entonces entramos y ……ay, mi dios….ahí estaba tiradito el profe, quieto, con los ojos grandes, abiertos, en el piso nomás, a la entrada… yo me di cuenta enseguida que estaba muerto, todo muerto… había un olor señor comisario…!!!!....para mi era olor a c….sí, síííí …..no se enoje …!! ..el gordito dijo que era olor a muerto, yo no sé…mi compadre Mole, que murió los otros días, no tenía ese olor….y bueno y salimos a la calle y llamamos al vigilante ese que estaba en la esquina…y bueno…después vino usté …..no, no había nadie más… ya me puedo ir…?? ….sí, pero mire que no sé escribir eh…….hablando de eso, ¿ usté no conoce otro profe que me enseñe a escribir…??? Oiga, no grite..!! qué carácter..!! má sí, ya me voy…
FELICITAS MAINI (61) Est. Universitarios.-
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Publicado en Nuestra Letra. el 27 de Marzo, 2009, 19:04
por MScalona

Pupilas
No recuerdo cuándo sucedió. Sí que me aprestaba a doblar en una esquina, en una secuencia más del hámster en su laberinto urbano, que se dirige a un lugar tan preciso que hasta puede prescindir de casi todos sus sentidos. Recuerdo con tanta exactitud esa fracción de tiempo y espacio, porque fue lo ultimo que mi memoria retuvo ese día. Después, veo y siento desvanecerse el movimiento de mi cabeza, buscando lentamente levantar la mirada, y luego, las pupilas. Ahí estaban frente a mi, pulsando, con un movimiento casi imperceptible, que acorralaba su iris hasta casi hacerle tocar las pestañas. Como una ráfaga, pasaron también en una misma escena su pelo negro, una sonrisa y sus pasos que se alejaron antes de que pudiera acomodarme de nuevo en aquella esquina. Me sentí como una marioneta que cobra vida de improviso y debe aprender todos los movimientos del cuerpo en un abrir y cerrar de ojos (esto no es broma). Aunque parezca contradictorio, no intenté buscarla con la mirada y no apareció el típico acto reflejo de intentar salir a su encuentro. Simplemente me quedé ahí, parado, como queriendo captar los últimos rayos de un resplandor que inexorablemente se perdía en el aire. Pero lo más raro comenzó a suceder cuando retomé la marcha hacia mi casa. Imágenes de aquella mujer, ahora con una presencia casi material, comenzaron a sucederse en mi cabeza. Así supe que cursaba el ultimo año de abogacía, que ese día había discutido con su novio y que estaba preocupada, aunque trataba de ignorarlo, por la enfermedad de su padre y lo difícil que se le hacía ir a visitarlo a su casa en Bahía Blanca. Abrí la puerta de mi departamento casi desesperado. Las llaves se me cayeron al piso, las levanté y empujé la puerta, apurado, junto a mi maletín. Casi sin aliento llegue hasta mi cama y me senté. La cabeza me latía como si hubiese terminado de leer los tres tomos completos de anatomía de Rouviere en 10 minutos. Con ojos de ceguera, pero que veían perfectamente el placard que estaba frente a mi, estiré la mano hasta un vaso de agua de la noche anterior, que aun reposaba en mi mesita de luz. Bebí el primer sorbo con tanta fuerza, que la mitad fue a parar a mi camisa. Fue en ese preciso instante, cuando escuché el ruido inconfundible del papel deslizándose por debajo de la puerta. Más basura para el tacho, pensé, cuando más frenético que rápido me dirigí a destruirlo. Lo levanté y lo apretujé casi en un mismo acto, pero cuando iba a dejarlo caer sobre el cesto, vi en una punta arrugada una palabra escrita en máquina de escribir, que como una caravana de hormigas buscaba escaparse del papel. No había razón alguna, pero no pude resistir la curiosidad y lo rescaté de su caída. Lo desplegué con las dos manos, no era muy grande, y mis piernas comenzaron a caminar lentamente hacia el teléfono. Marqué y una voz suave y femenina me respondió desde el otro lado. "Quisiera un turno con el Doctor Scalona" dije sin dudar. "Aguarde en línea" fue la respuesta. Mientras escuchaba la melodía bucólica, música hindú? pensé, volví nuevamente mi vista sobre el papel: "La pupila, también llamada la niña del ojo, es una abertura dilatable y contráctil de color, cuya función consiste en regular la iluminación que le llega a la retina, pero esta es solo una se sus funciones conocidas…" . "Hable" se escuchó del otro lado "Doctor, esto no puede volver a pasar" dije sin parpadear.
GERARDO BUSSI (34) Lic. Comunicación Social.
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Publicado en Nuestra Letra. el 26 de Marzo, 2009, 20:11
por Celina
Estaba aterrada. Inmersa en la más negra oscuridad trataba de imaginar lo que en ese momento sucedía arriba. El sótano en el que se encontraba era húmedo y frío. Había llegado el día en que tuvo que hacer uso del mismo. Demasiado pronto. Siempre es pronto cuando se trata de nuestros seres queridos o de nuestra propia vida. Los pasos retumbaban cercanos y fuertes, hacían eco dentro de su cabeza. Le pareció escuchar disparos, no estaba muy segura. El cuerpo le temblaba como una hoja, un frío glacial se había instalado dentro de ella, más precisamente en su alma. Apretó con más fuerza a la beba contra su pecho, que emitió un gemido de queja. Aflojó un poco, sólo necesitaba sentir a su hija cerca, meterla dentro suyo para que apaciguara su miedo. Era la única que le daba el valor para no gritar desesperadamente. Igualmente no tenía a quién pedirle ayuda. Nadie acudiría, el pánico estaba instalado y nadie quería comprometerse. Una y otra vez había visto repetirse la misma escena; era muy poco lo que se podía hacer. Su familia sí la ayudaría, si pudieran. Si lograba escapar revolvería cielo y tierra hasta encontrar a Manuel. Así se llamaba su esposo, era muy joven, y su primer y único amor. La beba que acunaba entre sus brazos era la primer hija de muchos más que habían planeado, a los dos les gustaban las familias numerosas. Se llamaba Micaela; al nombre lo habían decidido juntos. No se dejaron influenciar por los abuelos, cada uno quería dejarles su impronta. Ellos se mantuvieron firmes. Su hija tenía identidad propia. Sabía lo que hacían con los bebés que les quitaban, los entregaban en adopción, generalmente a militares que no podían tener hijos propios. La naturaleza ,sabiamente, no los hacía fértiles, y ellos simplemente se los robaban. No dejaba de ser irónico, todo el empeño que ponían en hacer desaparecer a ellos, los padres de las criaturas, era el mismo que ponían en apropiarse de sus hijos.Como si fuesen una cosa diferente a los padres. Estaba convencida que por más que fuesen criados por otras personas, bajo normas diferentes, esos hijos sabrían en algún momento su verdadero origen. El tiempo, que todo lo puede, se encargaría de reparar el daño. Cualquier ruido la sobresaltaba. Afortunadamente tenía abundante leche, la beba no pasaría hambre. Sentía frío. Se obligó a pensar en otra cosa. Imaginó el rostro de sus seres queridos, padres, hermanos y hermanas, de su esposo, de sus amigos. Se sintió tranquila, había sido feliz y pasase lo que pasase no se arrepentía de nada. Rememoró el día en que nació Micaela, y supo que ya había tocado el cielo con las manos. Nadie podría arrebatarle sus pensamientos ni sus vivencias, eran parte de ella para siempre. El sueño la venció; soñó con los primeros pasos de su hija, con sus primeras palabras, la vió de guardapolvo blanco el primer día de escuela y entrando a la Iglesia para tomar la Primera Comunión. Las imágenes eran tan reales que ya no distinguía entre sueño y realidad. A gran velocidad pudo ver a su hija convertirse en mujercita, festejar sus quince años y egresar de la secundaria. Supo que todo eso sucedería y dejó de temer. Despertó, o siempre lo estuvo, no sabía. Escuchó pasos que descendían al sótano. Besó a su hija por milésima vez en esa noche, le susurró palabras que sólo una madre puede decir, deseando con toda su alma que permaneciesen grabadas en su corazón. Supo que así sería. "Micaela, te amo con toda mi alma, no te olvides nunca de mí. Sé que me vas a buscar y sin importar bajo qué circunstancias nos volvamos a encontrar, cuando suceda, recordá esto que te digo ahora: nunca dejes de luchar por la verdad". En ese instante unos hombres armados le arrebataron a su hija de los brazos, le vendaron los ojos y la esposaron. Hasta el último suspiro de su vida, no dejó de pensar en su pequeña hija y de gritarle en silencio todo su amor.
Muchos años después, una mujer de nombre Micaela, hija de padres desaparecidos,se reencuentra con su abuela materna. Se miran a los ojos,encuentro de almas, y se funden en un eterno abrazo. Al separarse la nieta dice: "abuela, desde el momento en que supe quién era en verdad, sentí una voz dentro mío, la de mamá, que no cesaba de repetirme, nunca dejes de luchar por la verdad. Sé que ahora descansa en paz". Tomadas de la mano, unidas por mucho más que lazos de sangre, retoman juntas el camino del que fueron brutalmente apartadas. El tiempo, que todo lo puede, se encargaría de reparar el daño.
CELINA
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Publicado en General el 26 de Marzo, 2009, 15:02
por MScalona
En Voz Alta lanza su segunda convocatoria e invita
a cuentistas, poetas, fotógrafos e ilustradores
a participar con sus obras inéditas para el próximo
número de la revista a lanzarse en el mes de junio próximo.
El concepto será “Tradición, pacto e instinto”
Consultá bases adjuntas y enterate dónde conseguir la
primera y segunda edición de la revista ingresando a:
www.envozaltarevista.blogspot.com
o pedilas a
envozaltarevista@hotmail.com
Inspirate, respirá hondo, soltá la cuerda,
entrená las manos, prepará la cabeza, y volá...
EQUIPO DE REVISTA EN VOZ ALTA
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Publicado en Nuestra Letra. el 25 de Marzo, 2009, 19:56
por MScalona
ESTIMADO FRANK
Después de hurgar por sitios recónditos de Sudamérica, hice contacto con el objetivo: el Topo.
La astucia de este sujeto es fabulosa.
Nuestro informante de Ecuador había hallado rastros suyos en Montañita, un pueblo costero, paraíso de hippies y vagabundos, donde al parecer tenía una guarida junto al muelle de pescadores, al norte de la villa. Allí se hacía llamar Pedro Antuñez Miravilla, armador de barcos. Estuvo algunos meses hasta que desapareció una noche. Hubo una trifulca en la playa. Frente al bar “Medusa” en que los lugareños bebían hasta perder la conciencia, la chicha, bebida espirituosa, tópica de la zona andina. Luego de la riña desapareció. Se lo dio por muerto, por ahogado, como tantas otras veces había sucedido antes con otros borrachos pendencieros.
Nunca más se supo de él. Pero los atentados en Cali, Santiago y La Paz, llevaban su sello indeleble. Se escurría como arena de las manos. Era una sombra que se movía con sigilo. La búsqueda se orienta hacia pueblos infames perdidos entre sinuosos meandros del Orinoco, inmersos en el insoportable calor del desierto de Calama o en los confines helados del mundo más allá de Punta Arenas.
Era un fantasma.
Hasta que al fin cometió un error que produjo el milagro de poder dar con su paradero. El dato me lo brindó una atractiva pelirroja de Pehuajó, Provincia de Buenos Aires en Argentina. Una tarde, cayó ante la tentación del ron, los exuberantes senos y el delicado encanto de la muchacha, a quien abandonó sin despedirse en medio de la madrugada. El despecho femenino hizo el resto.
Los comentarios de las damas me trasladaron hasta Rosario, una gran ciudad del centro de ese país.
Sabía que me llevaba una gran ventaja, la cual intenté por todos los medios acortar. Me introduje en una sociedad compleja, numerosa y desconfiada.
No obstante, a fuerza de insistir, de horadar la piedra, establecí contacto con el Topo.
Lo vi por primera vez una mañana de enero bajo un sol abrasador en una isla del Río Paraná, inmenso curso de agua que atraviesa la ciudad de Norte a Sur. Su fisonomía cambió radicalmente, pero su instinto asesino se percibía en el brillo animal de sus ojos. Su andar me sigue produciendo un estrépito inorgánico con olor a muerte. Genera escalofrío saber que en ese pequeño hombre habita un chacal, un mercenario. El más sublime y sanguinario criminal de nuestro siglo. No puedo dejar de pensar en la exactitud de la ejecución de Hillary Neusmann en pleno Trocadero, núcleo neurálgico de París o en el coche bomba sobre el Ponte Vecchio que sacudió los corazones de toda la ciudad de Florencia. Jamás se supo oficialmente quien fue el autor que hirió de muerte la seguridad de Europa allá por los ochenta.
Frank, amigo. Tengo al Topo frente a mí todos los martes. Ya no es Antuñez Miravilla, el armador de buques ecuatoriano o Prelaj Frockzy el cervecero checoslovaco. Ahora su nombre es Marcelo Scalona. Ejerce como profesor de un taller literario de la calle Laprida. Yo me convertí en su novel alumno.
El fin de la historia se acerca. Espero poder relatarla en mi próxima carta, si es que el Topo no se escabulle nuevamente y logro escapar a sus feroces fauces.
Afectuosamente, tu camarada Tommy.
Mariano Busso (35) es abogado.
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Publicado en Nuestra Letra. el 25 de Marzo, 2009, 16:46
por MScalona
Ejercicio 1
a) Un texto expresivo (comunicacional-ordinario) donde, en estilo meramente informativo-descriptivo, se explica acerca de cómo es el ámbito físico donde hacemos el taller, objetos, sujetos, acciones, etc... la posición de un testigo neutro que informa-explica lugar, personas, conductas...
b) Sobre el mismo lugar, objetos, sujetos o acción (el taller) escribir un texto LITERARIO, es decir, un texto subjetivo, entretenido, particular, connotativo, ambiguo, multívoco, lírico, original, en cualquiera de los géneros básicos de la literatura, es decir, puede ser en forma de relato, poema, aforismo, flash de cine o publicidad, etc...
a) lenguaje comunicacional
El taller literario funciona los días martes de 20 a 22 hs. Participan diez mujeres y tres varones de diversas edades, entre los veinticinco y los sesenta años aproximadamente. La habitación donde se realiza tiene dos grandes sillones muy acolchonados, otros dos similares pero más pequeños y algunas sillas acomodadas en forma de círculo. En el centro del mismo hay una mesita ratona donde están apilados libros, revistas, folletos, además de un recipiente de vidrio con caramelos y otro con alfajores de chocolate blanco y negro. Las paredes blancas están cubiertas de cuadros, muchos de ellos fotografías de escritores, estantes y repisas repletas de libros y diversos objetos de decoración. En una de las esquinas se encuentra ubicado un televisor sobre una mesita de madera.
b) Lenguaje literario
Estaba de pie en la puerta de entrada contemplando una vez más esa misma habitación donde sucedió lo que ahora tanto despreciaba. La ventana a medio abrir dejaba ingresar una luz tenue y cálida que alcanzaba apenas sus pies. Aunque Laura intentaba esquivarlo cierta sensación de placer la invadía y la inquietaba. Imágenes y sensaciones desordenadas regresaban atravesando su propia voluntad para cuestionarla. En la búsqueda desesperada de alivio sus párpados se cerraron.
Aquel primer día del taller literario había elegido sentarse sola para hundirse entre almohadones y desde allí contemplar los libros que dispersos sobre estanterías cubrían las paredes. Sin abandonar su lugar, se acercó tímida a la mesita ratona que se encontraba en el centro del círculo formado por sus compañeros para tomar un caramelo y desenvolverlo lentamente. Mientras, de sillón a sillón, de un costado a otro de la habitación las miradas dejaban escapar la incomodidad contenida de ese primer encuentro grupal. En ese momento de miradas esquivas y distantes, de gestos medidos, dos de ellas se encuentran, se reconocen, se tranquilizan. Ella le sonrió, orientó sus ojos al cuaderno apoyado sobre sus piernas y aparentó escribir algunas palabras. Quizás se sintió tan perturbada como ahora. Abrió rápidamente los ojos pero ya nadie la interpelaba.
Romina Beblén Zampa (27) es Profesora de Historia.-
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Publicado en General el 25 de Marzo, 2009, 0:30
por negrointenso
Estoy tan feliz: terminé de escribir mi segunda novela, saludos, vero.
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Publicado en De Otros. el 23 de Marzo, 2009, 14:08
por MScalona
El erotómano
< ¿Y qué hicieron mis abuelos la noche en que se acostaron juntos
y descubrieron que ni él era mi abuelo ni ella mi abuela y viceversa?>
Colette, <<Claudel á I´ école>>
-¡Que lindo! Empecemos de nuevo -dijo la muñeca.
-Bueno -dijo A.
-¿Fuiste al teatro ayer por la noche?
-Sí, fui con la madre de mi hermano, mi suegra.
-Nosotros llegamos mucho antes de que empezara la función.
-¡Que interesante!
-¿No es cierto?
-Sí, pero la sala estaba casi desierta porque la obra era obscena.
(Aparece el erotómano.)
-¿Saben qué significa obsceno?
-Inmundo -dijeron A. y la muñeca al unísono.
-Mi nombre es Edmundo, justamente. Pero paren los oídos y abran las piernas: las voy a instruir un poquito.
Inmundo deriva de mundo, que significa orden, perfección y pureza (pureza indica que en el mundo hay leche pura, como la madre, por ejemplo). El mundo significa el aire, los cielos y los sexos, tomadas estas cosas en su sentido más alto, grueso y grande. Decir mundo era, antiguamente, decir belleza, simetría y constancia. De modo que lo inmundo es lo no mondo o, más exactamente, lo que no está mundo. Por eso ustedes me dijeron inmundo: para decir que no soy un pelado de mierda, y tiene razón. Desnudemos la otra palabra. Con obsceno a ocurrido una cosa pero muy rara. Se compone de ob y de scaevus, de donde se formo pájaro natural cuyo adjetivo es bosquimano, del cual salió erguido origen de nuestra voz obsceno. El scaevus latino significa zurdo y también amuleto de la buena suerte. Era una de la palabra de los ritos Bragueta. Pantaleón Suárez Pendejo conjeturó de una vez para siempre que lo obsceno nos espolea porque tiene pendones. Origen Materno intentó refutarlo desde su tonel a orillas del Titicaca. El Materno argumentaba que el espolón se origina en parte en el olor a pescado o, en su defecto, á créme Chantilly. Pero los dioses no le depararon la gracia de asistir a la consagración de sus teorías. Así que llegamos a Freud y a Einstein: el primero aprendió de su mamá que el Sena en un río peligroso. El segundo descubrió que el mal de la écula es una perversión patológica, más no un pecado. La écula –cuyo uso exclusivo produce malanculata frustrasionis en las vírgenes de Nueva Caledonia- no es más desdeñable que su vecina, la ya aludida concavidad rodeada de pelos donde suele guardarse el zurdo (o amuleto de la buena suerte). Es verdad que hubo detractores que intentaron pulverizar estas teorías: Herculano y Concha Espino fueron los más diligentes. Herculano dedujo que todo culano es abominable porque reproduce los Her. Por su parte, la Espino sugirió la urgente creación de un matriarcado gallego semejante al de las abejas vascas. Promulgó sin finura que las mujeres deberían injertarse espinos en el bajo lugar de los pelos para de ese modo vulnerar como rosas a los llamados machos. Thetis del Ano, senador comunista,-conservador, propuso una votación siguiente: o pelos o espinos. Ganaron los pelos 8 a 1 y se desmoronó el estadio. Concha Espino renunció a sus ambiciones científico-políticas y se dedicó a la profesión Femme de letrinas; su amante, Thetis del Ano, le regalo pelucas para la pelvis de todos colores, y ella solía decirle a voz en cuello: <<estoy con la verde>> o <<estoy con la violada>>, para escándalo de la tout Galicia. De modo que obsceno, actualmente, significa, café moka. Ahora, a ver, muéstrenme las bombachitas y les daré bombones-laxantes, como el marqués de Sade a Rose Keller y Thetis del Ano a Concha. Nada hay que dé más suerte que comer caca. A ver, a ver esos culitos, a ver…
(Aparece don Ernesto de la Torre, fino industrial especialista en cojinetes.)
-¿Qué cojinaron hoy? -dijo don Ernesto.
-Conejo -dijo erotómano.
PROSA COMPLETA, Edit Lumen
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Publicado en De Otros. el 22 de Marzo, 2009, 20:24
por MScalona
Nunca sabré nada de mi vida
oscura monótona sangre.
No sabré a quién amaba, a quién amo,
ahora que apretado, reducido a mis miembros,
en el dañado viento de marzo
enumero los males de los días descifrados.
Ya vuela la flor magra
de las ramas. Y yo espero
la paciencia de su vuelo irrevocable.
Amén para el domingo in albis
No me has traicionado, Señor:
de todo dolor
soy el primer nacido.
Amén per la domenica in albis
Non m'hai traditto, Signore:
d'ogni dolore
son fatto primo natto.
Quasimodo nació en Sicilia, Italia y vivió entre 1901 y 1968. En 1959 obtuvo el Premio Nóbel de Literatura. Fue Ingeniero, pero desde muy joven dedicó su vida exclusivamente a la periodismo y la literatura. Integra la corriente de poetas herméticos italianos junto a Ungaretti y Montale.
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Publicado en De Otros. el 22 de Marzo, 2009, 20:07
por MScalona
Sin horizonte los màs
Mares como ventanas
en la cabeza rota del ángel de la quema.
Cielos destrozados
en el diablito corazón del nacido en basurales.
Días como insultos
látigos y piedras
despidos despidos despidos
despidos sociedad irresponsabilidad ilimitada
planes las pelotas
lanzas
en el costado de cada hijo del hombre hambre
(el camino se come los pies del caminante
y el dios número nos expulsa del mundo)
Mares? cielos? días? caminos?
el horizonte es un amor que nunca alcanza.
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Publicado en General el 22 de Marzo, 2009, 13:05
por pjavkin_
Junto a la iglesia Episcopal de la Trinidad, situada en el corazón financiero de Wall Street, hay un cementerio donde están enterrados algunos próceres del pueblo norteamericano. Subido a un cajón de Coca-Diet, en la puerta de la iglesia labrada con figuras de bronce que representan a Adán y Eva expulsados del paraíso, un sujeto desnudo bajo un pellejo de cabra y con una bandera de barras y estrellas en la mano de cuya asta pendía un gato muerto o anestesiado predicaba un final aterrador para la economía del mundo. "Oíd lo que dice el Señor", gritaba a la manera de un profeta muy airado. Un río de gente silenciosa con el espíritu en la punta de la nariz discurría por la acera sin volver el rostro hacia sus palabras de fuego; sólo le atendían algunos ejecutivos reclinados en las lápidas ennegrecidas del cementerio de la Trinidad, que a esa hora extraían un sándwich de atún de la bolsa de papel marrón y lo devoraban con saña. La voz de este sujeto arañada por el polvo de un lejano desierto describía un terrible panorama: han caído ya las torres más eminentes, la altivez de los magnates ha sido humillada, los ídolos de oro ya no existen, el dinero se ha convertido en escoria y los perros hartos de rapiñas ya no pueden ladrar. Pero en el futuro sucederá algo más horrible todavía, siguió clamando la ira de este profeta. Tarde o temprano esta crisis económica pasará y sobre una enorme extensión de bancos quebrados, empresas arruinadas, negocios hundidos y millones de parados, como en un campo de humeantes despojos, un día volverá a brotar la euforia debida a la inevitable codicia humana. Dentro de unos años, las orugas y hormigoneras reemprenderán la marcha allí donde dejó el tajo la especulación y en el extrarradio de las ciudades se extenderá hasta el mar un horizonte de grúas, de las cuales colgarán otra vez dioses con huevos de oro, pero después del baile volverá el castigo, y aún será peor la ruina. Con el sándwich en la mano, uno de los ejecutivos preguntó sin ocultar una morbosa ilusión: ¿Cuándo llegará la próxima codicia y comenzará de nuevo el baile? El profeta contestó: cuando los prohombres enterrados bajo vuestro trasero ordenen a las ratas que vuelvan a ocupar sus puestos en las altas finanzas.
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