HORARIO DE OFICINA (historia de dos arbolitos)
Publicado en Parodias el 23 de Diciembre, 2008, 17:32 por Mar de Inés & Acuáticos Inc.
“-Y vos estás muy enojada? -Sí, pero además no voy a estar.”
Conversación telefónica, restaurante C.R.R., Rosario, 20/12/08, 14:22 hs.
No es que estuvieran demasiado interesadas, pero cuando hay niños y sobre todo, cuando se les está construyendo una casa o, lo que es lo mismo, como dice Abelardo “un lugar en la utopía”, se acerca el 24 y no puede faltar el arbolito. (mutis de laura III a la ducha)
Se vive en el linde, con el corazón partido, un poco allá un poco acá, mudanza de día y medio, siempre se juntan soledades. (mutis de laura I a la ducha)
El río es un simulacro. El agua siempre está en otro lado. Laura III escribe con una letra de mierda mientras Gerardo viene para sacar la foto y detrás Emma, con un helado fucsia y blanco, saluda buen día aunque son casi las tres de la tarde hora oficial. Y es que ella resultó favorecida porque entre padres por lo general se entienden y a él no le importó el calor ni revolver entre los restos hasta encontrar el arbolito. De todos modos con Valen improvisamos un Papá Noel sin trineo y ya casi me había olvidado del incidente hasta que lo vi en el lugar central del living comedor. (breve interrupción para nuevas fotos) Un rato antes habían estado en el restaurante del club, comían pastas “como los deportistas” dijo laura I, y Gerardo un lomo especial de vaca vieja. Tomaron dos cocas y concluyeron que había que escribir el relato de los dos arbolitos. Era Navidad. De qué otra cosa se podía escribir? Así que laura III quería (no quería, quería...) armar el arbolito, no importaba si era el 8, Emma no sabe la tradición, solamente quiere una Navidad con arbolito. -No compres nada –dijo Gerardo- yo te doy el mío. Laura III dudó. Nunca sabía qué era mejor para Emma. Tener dos arbolitos? Tener uno solo? Pero detestaba la navidad y le resultaba odiosa la idea de tener que salir a comprar un artefacto peludo de poliéster y bolas chinas doradas y rojas. -Bueno, dale, traelo – le dijo. Los días siguientes recordó puntualmente a su ex por mensaje de texto: “no olvides arbolito”. El 9 a las tres de la tarde Gerardo miraba el cartel y pensaba que tenía que llevar a arreglar el ruedo de la malla. El puto timbre no sonaba y hacía cuarenta grados. Intentó por teléfono. Laura III apareció en la ventana. “-Siempre tengo que hacer la colimba con ustedes?”- dijo mientras Gerardo dejaba la caja con el arbolito sobre el piso entarugado. Mientras cruzaba el patio, Gerardo pensó que ella no iba a cambiar. (nota social: el 24 lo pasarán los tres en lo de los Barikis). Nada se había movido.
Gerardo insiste en que estuvo con Esteban en la fiesta del CEC y las lauras en que no puede ser, que está en Montevideo sacándole fotos a una escritora. Las lauras se miran y piensan lo mismo. Vuelven a la playa por el túnel de asfalto. -Yo que vos lo voy a buscar –dice laura III. Pero no hay caso. Ella prefiere una navidad sin arbolito antes que buscarlo en horario de oficina.
Pura ficción el movimiento. Laura I sigue fiel a su teoría. Nada se mueve, nunca. Eso es lo que quieren hacerte creer. Algunos años antes le hubiera tenido que explicar a Valen que da igual tener o no tener un arbolito. Que los regalos se pueden dejar en cualquier parte, que no todos los paquetes son regalos, que hay paquetes que te duran una vida y que otros no resisten la mudanza. (nota social: Navidad en casa de los abuelos). Todo sigue igual.
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