"Es necesario que se pregunte para que yo siga vivo, por que yo soy tan sólo su memoria". HAROLDO CONTI. Los caminos, homenaje.




Abril del 2007


more Lorrie... Moore

Publicado en De Otros. el 30 de Abril, 2007, 21:11 por MScalona

            """  En el cine, él es tierno, te acaricia la mano debajo del asiento.

            En los conciertos, es dulce y atento, te invita a unos tragos, localiza el baño de mujeres cuando tú no lo encuentras.

            En los museos, es sabio y cariñoso, te lleva despacio a través de las urnas etruscas con gestos afectuosos y un título en historia del arte de la universidad de Columbia. Es amable; se ríe de tus bromas.

            Después de cuatro películas, tres conciertos y dos museos y medio, te acuestas con él. Parece el número correcto de visitas culturales. En el estéreo, pasas tu música favorita de arpa y oboe. Él te dice el nombre de su esposa. Patricia. Es una abogada especialista en propiedad intelectual. Él te dice que le gustas mucho. Tú te quedas acostada, boca abajo, desnuda y todavía demasiado tibia. Cuando él dice:

            -¿Cómo te sientes con respecto a eso? –no digas:

            "Ridícula" o "Sal ahora mismo de mi departamento, carajo". Apoya tu cabeza en un codo y di:

            -Depende. ¿Qué es propiedad intelectual?

            Él sonríe.

            -Ah, tú sabes. Donde el tiempo libre es un traje.

            Haz sonrisita tensa, nerviosa.

            -No quiero que te sientas incómoda con esto –dice él.

            Di:

            -Ey, soy una persona fría. Soy dura. –Muéstrale tu bíceps.  """"""""

                                                                                                                                 

Lorrie  Moore,  USA,  1957,  Ed. Emecé.   AUTOAYUDA,     p.  2

Ejercicio

Publicado en General el 30 de Abril, 2007, 15:28 por Celeste Galiano

   

  Telón caído

     El hombre que va a suicidarse de una cuchillada en la garganta toca el bandoneón dese el fondo del teatro.

     El aire entre los dedos, el cielo hacia las manos, F. toca a oscuras con los ojos abiertos pero ciegos, fijos en una tela inmensa que lo acompaña todas las noches a pocos centímetros de la cara.

     Desde atrás del telón, anónimo, F. abraza su instrumento y se convierte en sí mismo.

     Nadie se entera, pero la música  le revienta las falanges. Negras y redondas untosas, obsesivas, ahogan el silencio de una blanca. Los aplausos explotan.

     En el escenario, alguien que F. no es se pone de pie aceptando la ovación. La sala se llena de "¡Bis, bis!" y un hombre que F. no es vuelve a sentarse en una banqueta para simular un último tango.

     Aníbal espera cansado la retirada del público para guardar, de espaldas al telón, su bandoneón pinchado.

     A la memoria de Fernando Tell, bandoneonista y compositor (22/01/1921-29/03/1995)

Agarrate Catalina

Publicado en De Otros. el 30 de Abril, 2007, 13:27 por Germán Minguei

Los hombres de mundo saben todo y no saben nada.

Son falsos videntes, guías extraviados.

Respiran envidia, escupen mezquindad, bebiendo y repartiendo el veneno de la resignación.

Y entonces con la rebeldía domesticada, la podredumbre destroza los cerrojos de una casa, de una oficina, de un barrio, un gobierno, el mundo.

En un día, diez años, dos siglos, un segundo.

Sigan con lo suyo no vienen tan mal...

Hagan su trabajo hombres de mundo

(...)

Yo conozco bien la gente

No hay derecho ni decente

Que no se lleve la de él

despertate no seas necio

cada cual tiene su precio

Que te caigas del trapecio

Todo el mundo vino a ver

Jugar limpio es peligroso

Arrimate al poderoso

que es más fácil arreglar

No te esfuerces por lo tuyo

Eso es cosa para giles

Avivate y destruile

El trabajo a los demás

(...)

no te subas al trapecio

no regales tus abrazos

nunca mires a los ojos

nunca digas tu opinión

no llorés, no te conmuevas,

no perdones al caído

atacalo por la espalda

desconfiá de tus amigos

y aunque estes equivocado

nunca pidas el perdón

No hay manera de caerte

Si te quedás en el suelo

Ni que te desilusionen

Si no tenés ilusión

Si total van a bajarte

Para que intentar el vuelo

Vos no quieras nunca a nadie

Y nunca estarás de duelo

Pa que nadie te traicione

No abras nunca el corazón

Para que vas a arriesgarte

Si la tuya está segura

Para que cambiar el mundo

Si ya sabés que es así

Para que vas a pelearte

Con la enorme desventura

Si total van a enterrarte

Pa que probar la locura

La locura innecesaria

Y riesgosa de vivir.

Más letras por acá:

http://www.agarratecatalina.com.uy/letras_2006.htm

1º de Mayo

Publicado en De Otros. el 30 de Abril, 2007, 11:49 por Germán Minguei

...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...

José Martí - Corresponsal de LA NACIÓN

Relato de la ejecución de Georg Engel, Adolf Fischer,  Albert Parsons y Hessois Spies, condenados por los episodios de Chicago, en 1886. 

L i n i e r s... columnista

Publicado en Humor el 30 de Abril, 2007, 9:37 por MScalona


 

www.lanacion.com.ar

Ruta 11

Publicado en Poemitas. el 29 de Abril, 2007, 21:04 por negrointenso
 

. “Manchones”, así los llamaste

al paisaje natural

fragmento sin cosechar.



. La arcada de Bienvenidos al pueblo

hierros retorcidos por el viento.





. Plantada sobre el trigo

se elevaba la torre de alta tensión

escuchaba el sonido de la electricidad.




. La laguna y

las garzas.

El basural,

los barrios:

soluciones civiles.



. Los ingenieros

canalizaron el arroyo,

la inundación

es la venganza.





. Una flor silvestre confundida

en el cantero que creó el paisajista.




. Defendiendo su propia peligrosidad

desde Semana santa, Gendarmería

custodia la Ruta 11.







Onetti, incansable lector...

Publicado en De Otros. el 29 de Abril, 2007, 11:24 por MScalona
Onetti. Fotografía de los años 60. Onetti en la década del 60.

Reflexiones de un lector

" Se cuenta de Somerset Maugham  (Lluvia), que estando una noche en una perdida estación de ferrocarril en la India, se encontró con que había dejado sus maletas en un tren que tardaría unas dos horas en llegar. Revisó sus bolsillos, leyó sus documentos, viejas cartas que conocía de memoria y, finalmente, tuvo que conformarse con la guía telefónica del oscuro pueblo, rodeado por la soledad y el veloz crepúsculo..."

Cómo

Publicado en De Otros. el 28 de Abril, 2007, 20:22 por Lorena Aguado

Y así todas las cosas cojean juntas

para lo único posible. -Beckett.

Murphy

Empieza por conocerlo en una clase, un bar, en una venta de saldos. Tal vez él enseña en sexto grado. Maneja un negocio de hardware. Capataz en una fábrica de cartón. Será un buen bailarín. Tendrá el cabello perfectamente bien cortado. Se va a reir con tus chistes.

Una semana, un mes, un año. Siéntete descubierta, reconfortada, necesitada, amada,  y empieza, a veces, de alguna forma, a sentirte aburrida. Cuando estés triste o confundida, camina hasta el centro, al cine. Compra pochoclo. Estas cosas van y vienen. Una semana, un mes, un año.

Haz intentos para un arreglo menos restrictivo. Obversa cómo esos arreglos chisporrotean y se desinflan como globos. Él te va a pedir que te vayas a vivir con él. Clarifica las cosas: los alquileres son altos, nada a largo plazo, amor y todo eso, cariño, pero libre y sin compromiso. Expón las reglas con mucha elocución. Pon el acento en la apertura, en la no exclusividad. Hazte un espacio en su armario, pero no cambies los muebles de lugar.

***

Lorrie Moore- Autoayuda.

Otra despedida (ejercicio saluzzi)

Publicado en General el 28 de Abril, 2007, 12:40 por -luciano-

-¿Puedo ir atrás?

- ¡Pero dale! ¡Subí adelante; que es tarde! -a este pibe que le pasa-

Y a mí de nuevo me ladró un perro; el segundo, esta semana. Uno de esos de la calle; de esos que no se equivocan; de esos, que poseen el instinto para saber, con quienes hacerlo y con quienes no.

 Siempre pensé, que debía originarse en alguna agresión; por haber sido pateados, por ejemplo. Veo que con el tiempo, la gente se ha puesto menos tolerante; y que de estos perros cada vez hay menos. Las dos cosas ¿no es cierto? Aunque de los que hay, mi impresión ha cambiado. Pienso ahora, que los guía el olfato. Esto los motivaría a reaccionar de esa forma, e incluso a atacar, si el olor llegara a justificarlo.

-Ponete el cinturón ¿querés?

Como dije, esta semana me han ladrado dos. Y puede que tengan razón: mis camisas ya no huelen como antes. En una época, yo mismo, podía sentir su frescura. Quizás no suene tan complicado, pero lo es; como lo es percibir cualquier fragancia una vez que el olfato se acostumbra. ¡Qué rico perfume! me decían; y yo pensaba que hablaban de mi camisa.

¡Qué época esa! Llegaba a tribunales, recorría algunos juzgados; siempre encontraba a alguien que me invitaba un café; otras invitaba yo... Todos prolijos; las secretarias, los jueces. El otro día subí a uno… ¿Cómo se llamaba?

- Ponete el cinturón te dije…

- Pero, si casi llegamos…

- Ponételo igual.

¡Palacio Cabanellas!... qué tipo más serio.

Pero sí, no es lo mismo... tienen como olor a viejo, o a un viejo. La yerba rancia huele así. Incluso, después de haberme bañado puedo sentirlo; quizás la toalla, o el jabón en polvo o ese otro líquido que se le pone a la ropa… ¿Qué marca usaba tu vieja?... pero éste qué va a saber.

- Cuando la veas a tu madre, decile que me llame -le pido por favor.

También pueden ser los pisos, o las paredes; o los placares, allí seguro que hay humedad. Por ahí, tenga que pintar…

- Estás callado, campeón –le digo ahora.

- Escuchaba qué pusiste –me contesta.

- “Otra despedida”; Dino Saluzzi ¿te gusta?

Y creo detectar que no; aunque no me dice nada. Y yo tampoco confieso, a quién me recuerda.

- Papá, dejame en la esquina –me dice-.

- … te dejo en la puerta…

- ¡No, no!... mejor dejame en la esquina –y ahora el asunto, parece de vida o muerte. No sabría decir por qué; pero siento que me ladran.

-  Bueno… pero dame un beso. Y portate bien –llega a escucharme decir; pero ya ha bajado.

Está cada día más grande. Tendría que hablar más con él... ¡Qué rápido pasa todo! ... las mañanas, aquel aroma a café; el suyo... quién sabe me acostumbré a sentirlo…o sólo resulte así: se deja oler al llegar, pero no al irse.

“…parece Piazzola…” –me acuerdo, que le dije. Yo, que nunca escuché Piazzola. Y sí, por ahí es hora de darle una mano a todo…

- No, no -mejor no le paro. ¡Mirá que negro se está poniendo! ¿A ver?... ¿A ver qué dice la radio?

Isidoro Blaisten

Publicado en De Otros. el 27 de Abril, 2007, 15:15 por MScalona

nació en Concordia (E.R.), 1933 y murió en BS AS. en 2004


 A mí nunca me dejaban hablar

            "Nosotros, los domingos, nos reunimos en el patio de tierra en el fondo de mi primo el Chochi, debajo de la parra. Todos los domingos hacemos el asado. Después les voy a contar cómo son los asados. Sepan por ahora que mis tres primos son unos animales y siempre me tapan con la voz. Mis tres primos hablan a los gritos y de coches. Mis tres primos se denominan: el Chochi, como ya dije; el Beto y, por fin, Tito el millonario. Después voy a explicar bien por qué Tito el millonario es millonario. Por ahora voy a decir que ni bien yo quiero decir algo desde mi taburete, mis tres primos, como a propósito, gritan más todavía. Dije ya que son bestias sin educación y respeto.

            "Las tres esposas de mis tres primos eran: la Zule, la esposa del Chochi (que en realidad se llamaba Zulema) y además la mamá de la Cynthia Roxana. La Zule es muy importante, ya van a ver por qué. Después estaban: la Pitusa, esposa de Tito el millonario y mamá de la Carla Selene, y la Yolanda, esposa del Beto y mamá de la Romina Lorena.

            "Aquel domingo el humo de la parrilla venía para mi lado y yo me di vuelta para toser, cuando de repente, desde mi taburete, vi algo en los ojos de la Zule. Vi algo como una cosa. La Zule me estaba mirando vaya a saber desde cuándo. Di vuelta mi cabeza alrededor de su eje y miré. A primera vista todo estaba igual a todos los domingos: la Cynthia Roxana jugando lo más tranquilita en el almácigo de las lechugas, el Chochi agachado junto a la asadera pinchando los chorizos en el agua, el Beto y Tito el millonario discutiendo como todos los domingos si lo mejor era un cacho de pan duro o un cacho de pan fresco para mojar en el querosén.

            "La Pitusa cortaba el radichón para la ensalada y desde la cocina la Yolanda preparaba la picadita para el vermut. A primera vista todo estaba igual, pero yo, desde mi taburete, sin hablar, había visto algo en los ojos de la Zule. Pero todavía no dije cómo es la Zule. La Zule tiene unos ojos moros así y es muy callada, nunca habla, salvo, eso sí, y entonces hay que oírla, cuando el Chochi al pinchar los chorizos para ver si ya están, se salpica la camiseta con el juguito de la portuguesa o los pantaloncitos cortos. Pese a que la Zule es muy callada, es muy romántica, ya van a ver. Ahora quiero decirles cómo era ese algo que yo vi en los ojos de la Zule. Primero fue una mirada de los ojos así, corta y rápida. Los que hayan jugado alguna vez al fútbol saben lo que es un pase corto. Saben cómo se pide cuando uno está marcado de cerca. Como era antes, cuando la pared era la pared en serio, cuando se jugaba en la calle. Como se ve, todas las cosas se iban adactando perfectamente. Dije que la Zule es muy romántica y es cierto. Colecciona en el dormitorio pósters y tarjetas con frases y las tiene pinchadas con chinches en la pared adactadas encima del tualet. Pero volvamos a esa comparación que se adacta mejor que nada: mirada corta, de arriba a bajo, nada más. Entonces me levanté del taburete.

            "No sé si dije que en el dormitorio de la Zule y el Chochi, cuando uno miraba hacia adelante se divisaban pósters y tarjetas con frases. "Háblame con besos y caricias. Gracias porque me diste una razón para vivir y ¿Podrías decirme de qué color es el amor?" De manera que yo corrí la cortina de juncos y me metí en el dormitorio.

            "La Zule estaba allí, de espaldas. Contemplaba (o se hacía la que contemplaba) dos tarjetas con frases encima del tualet. Yo me le fui acercando despacio. Primero se sorprendió (o se hizo la que se sorprendió). Después me señaló la cama con la mandíbula. Entonces yo tomé ubicación en la cama y me senté al lado de ella. Desde arriba y mirando para abajo yo veía la medallita que se le movía con la respiración encima del nacimiento del busto. (…)"

more Trejo...

Publicado en De Otros. el 27 de Abril, 2007, 13:15 por MScalona

Se acabó la poesía

           

            Desnuda está la página

            Yo la miro y me acerco

            Y a cada paso pienso

            Se acabó la poesía

            Ay qué distancia enorme

            De la voz a las cosas

            La que va de una boca

            A un perro que se vuelve

            A un adiós que nos toca

            Salvar en las palabras

            Lo perdido en la rosa

            Correr todos los riesgos

            Desastres y victorias

            Locos y lenguaraces

            Lenguas que me enamoran.

            Elijo este castillo

            Palabras como manos

            Para tocar las nalgas

            Y acomodar la silla

            Raramente saldré

            Y sólo por leones

            Me digo que soy libre

            Digo tigres de África

            Llamar y ser llamado

            El resto poco importa

            Los labios de esta herida

            Habrán de hacer las paces

         


Boletín CACHILO

Publicado en Aguafuerte el 26 de Abril, 2007, 17:13 por MScalona

 

Boletín   Cachilo   (*)

 

 

                                                                                                          

Bulldozers. Pam de puño. Uzis. Mira infrarroja. Alarma X-27. Pentágono. Casa Blanca. Reagan. Bogart. Boogie. Bushhhhhhh.... Candado. Rejas. Jaulas. Cadenas. TV. Monitores. Locutores. Satélites. Gendarmes. Dispositivo antiasalto. SWAT. Misión del Fondo. Ter Minassian con nosotros. Krueger, Krieger, Kohler, Álemansssss. Trabajo de pinzas. Servicio de Inteligencia. Portero visor. Portero calzado. Vigilante. Con radio. Calibre. 38. Campo de tiro. Shooting. Alambre de púas. Cámara oculta. Pinchadura. CNN. GPS. FMI. R.I.P. Mortaja. Mordaza. Portación de armas. Portación de cara. Gas paralizante. Gas mostaza. Gas lacrimógeno. Gas del Estado. Cierre sincronizado. Bajan persianas. Cuatro vueltas de llave. Nervio de acero. Pivote cruzado, cerradura al centro... de la pampa húmeda.

Caja fuerte. Panteones. Combinaciones. Dientes. Dentelladas. Bocones. Mordidas. Comisiones. Nacionales. De seguimiento. De los rebeldes. Búnker. Blindado. Chaleco antibalas. Corazón... corazón... en fuga... Trinchera. Trinchante. Tridente usa el demonio. Tenedores, los giles. No hacen falta para comer matecocido. Calcos de la empresa centinela. Sirena. Ulular. Hidrante. Documentos. Legajos. Expedientes. Cuerpos. Dos cuerpos, tres cuerpos bailando por ÚNNNN... 30.000. Secretos. -- Documentos, por favor... balín Bala de goma. Balá. Cartucho. Cascos servidos. Inservibles. Casquetes. Cascos Blancos. Negros. Siempre negros. Verones. Galarzas. Ruices. Ojedas.

Dos veinte. Alterna. 110. Electrógeno. Automático. Dos por ciento. Líbor. Interbancaria. Call. Colt. 45.  9 milímetros. Tasa de retorno. Retornos. Despidos. Usura. Quiebra. Mortalidad del boyerito. Boyero. Picana. Razzia. Portación de rostro. Lombroso. Ferri. Garófalo. Giuliani. Patti. Manopla. Voltios. Mano dura. Por la espalda. Contra el piso. Arriba las manos, dijo el presidente: esto es un discurso.  Fal. Itaka. Taka-taka. Telescópica. Láser. Bagual. Luger. Browning. Beretta. Smith and Wesson. Sociedad Anónima. MK 5. Pan de trotyl. Pan de trigo. Caja PAN. Mendrugo del granero del mundo. Collar de ahorque. Cepos. Esposas. Maridos. Piquetes. De ojos. Cortes. De ruta. Olla. Popular. Essen. Leña. Y leña. A fuego. Lento. Cámara de gas. Cámara de Senadores. Cámara de Comercio. Cámara séptica. Fosas comunes. Inyección letal. NN. Vuelos de la muerte. Paredón. Silla eléctrica. Sillón de Rivadavia. Alarma con sensores de calor. Alarman las gomas quemadas. Alarma Canal 9. Alarma de humor de los mercados.

Reja electrificada. Custodia. Perro guardián. Ovejero. Skinheads. Dogo. Doberman. Cruces. Cuchillos. Cacheo. Num-Chako. Forever. Primer Dan. Cinturón Negro. Tae-bo. Karate. Sushi. Shakira. Skanska. Kaka. Chateo. Choteo. Pantalla. Plana. Tumba. Valor. Gordo, ¡valor! Valores. Bolsa de... Escala de... Richter. Mercali. Atonales. Daltónicos. Greenspan. Volcker. Mulford. Cavallo. Reed. Gates. Mis papis. El Papa. Me caso. Me come. No me come. Banelco. Flamarique. Máster. Visa el mijo de pajaritos. Investment Grade. Standard and Poor´s. Baring Brothers. Morgan. Drake. Garfio y Rock and Feller’s. Coca and Cola. Cool and cul de sac. Culo del mundo. Coolegio Privado. Inglés y Computación. Títulos Oficiales. Títulos Públicos. Riesgo país. Club Privado. Clínica Privada. Barrio Privado. País Privado. Televisión Pública. Mía. Mía. Mía. Solar Privado. Ultima morada. ADN. Por las dudas. Pericia. Balística. Chicana. Rastros. Huellas. Forense. Confirmado, último momento:  "la bala que mató a Fuentealba, en Neuquén, salió del arma de José Luis Cabezas, y a Mariano Moreno, lo envenenó Yiya Murano".   Seguiremos informando.

 

 

 

(*)  Poeta rosarino que vivía en la calle, escribía sus aforismos a mano por las paredes. En su modo despojado y fragmentario lanzaba unos asteroides lúcidos, poéticos, hilarantes. 

MARIO TREJO

Publicado en De Otros. el 26 de Abril, 2007, 11:46 por MScalona

El Combate Verbal

         Una fábula

            La poesía corre siempre el riesgo de cometer incesto con la magia y la religión. Cuando la trasgresión se consuma, se convierte entonces en una poesía esotérica, un rito de iniciaciones en el cual las palabras son a la vez velo y vestíbulo de una verdad que está más allá, en otra parte que no conocen las palabras. El acto de crear, el momento mismo de la creación es, en estos casos, la experiencia más cercana a mística, que es, por definición, no verbal.

                                                                                                                                            

Puede argumentarse que una poesía que solicita el conocimiento de claves ocultas o de guiños culturales es hermética. Para que la ostra vuelva a abrirse y permita la esperanza de una perla es necesario, entonces, creer. Creer en la experiencia literaria.

¿ Qué quiere decir, en este caso, creer? Sospecho, con temor y dudas, que cuando las palabras no nos remiten a un código familiar y domesticado debemos leer en ellas los hombres de un planeta desconocido, nombres para llamar a seres animales y vegetales surgidos tal vez del silicio y no del carbono, piedras desmesuradamente pequeñas para imaginar su peso atroz, rocas ásperas a la vista y dulcemente verdes al tacto, colores que el arco iris ha olvidado. Hay un modo único, engendrador de experimentar toda poesía, gota que oigo caer, veo caer, digo caer. Se trata de luchar duramente con su lenguaje. Si al cabo del combate uno no puede narrarlo con otras palabras y otros gestos, si sentimos que ya no somos el mismo de antes, que algo ha cambiado en nosotros (no importa si creencias, sentimientos o actitudes), entonces quiere decir que la poesía ha tenido lugar, que ocupa ya su lugar dentro de nuestra mente y de nuestro cuerpo.

La ostra se ha abierto. Dentro de nosotros, brilla una perla.

           

Graciela Ballestero

Publicado en De Otros. el 25 de Abril, 2007, 19:06 por MScalona


                            Verano de 1960

            Desde el ojo de aquel pájaro que sobrevuela el río

            somos como una hoja de eucalipto

            que la corriente empuja con su mano de agua

            mi padre alza y hunde los pesados remos

            que pronto ampollarán sus manos de bancario

            mi madre sostiene el sombrero

            con una mano, y con la otra se aferra del borde

            porque nos zarandea el oleaje de un barco que pasa

            la canoa tiene el nombre de Ulises

            pintado en letras azules

            y yo voy sentada en la proa

            con el secreto deleite del mascarón que sueña

            fabulosas aventuras en las costas salvajes

            buscando el amparo de la sombra

            nos detenemos contra el alto terrón de la barranca

            mi padre anuda la soga en un anillo de hierro

            del que cuelgan hilachas de maromas

            como si fuesen las bufandas tristes

            de los barcos que ya no arriman sus cabezas

            ni llenan el aire de voces rusas ni palabras griegas

            ni tienden sus puentes sobre el borde de esta tierra

            el pájaro nos observa ahora desde el nido

            unos metros más de nuestras cabezas

            los peces y los cangrejos nos vigilan

            con sus ojos sin párpados desde las aguas turbias

            la remera blanca de mi padre choca contra el sol

            mientras busca la caña de pescar y la carnada

            mi madre unta sus brazos con crema bronceadora

            y yo, con la garganta reseca, mirando el agua turbia

            que impunemente sacia la sed de los ahogados,

            quisiera que el río fuese transparente,

            que tuviese un lecho de piedra y algas

            como un acuario inmenso

            la boca negra del viejo túnel cavado en la barranca

            exhala un aliento frío de murciélagos y ratas,

            me imagino subiendo los escalones

            como una contrabandista, y muerta de miedo

            le doy la espalda

            agarro una lombriz y la pongo

            en la palma de mi mano

            siento el cosquilleo, la humedad, la sumerjo

            a medias en el agua y un pez de dientes

            como agujas me la arrebata,

            no ése que acaba de pescar mi padre y aletea

            en el piso de la canoa con las agallas esforzadas

            y las escamas secándose en la madera caliente

            esto está ocurriendo

            hace cuarenta y cinco años

            y todavía siento los olores del río,

            todavía escucho el sonido del agua

            y aunque de la apariencia de esa criatura

            no ha quedado acaso nada

            esta escena me ha ido salvando

            de dejarme arrastrar

            por la corriente

            río abajo.

                                                                                                                       

Graciela Ballestero nació en San Nicolás, en 1953 y vive en Rosario desde 1979; anoche leyó en el ciclo Poesía en Los Bares, ha leído en el Festival Internacional de Poesía de Rosario, y posee 9 libros publicados. este poema pertenece a su poemario MODALIDAD DE LO VISIBLE, de Edit. Ciudad Gótica.-

de la intratabilidad

Publicado en Poemitas. el 25 de Abril, 2007, 11:35 por lilian

Mi mano derecha

Y su índice servil,

Buscan porvenir en un click autómata

Bandeja de entrada

Cada vez, una esperanza infatigable

Embarga esta mano

Y sube calor vital

Del índice -inquieto-

Por las yemas que equivocan

Piel del mouse 

Con tu piel

Cada vez, esta esperanza infatigable

Ordena no desanimar

Por una bandeja de entrada vacía

Propone razones delirantes

Para explicar el silencio

Mientras, suspendida

Casi, casi en apnea

Reúno coraje para continuar

Con algunos motivos y sin mi mano derecha

Ni su índice

Que necesitan confirmar

Una vez más

Vacía

Federico Peltzer

Publicado en De Otros. el 25 de Abril, 2007, 10:10 por MScalona

                                                                                                                                              

CASOS EXTREMOS

“(…) Le resulta imposible reflexionar sobre su privilegio, porque no estaba al margen. Vivía con aquel hombre, novelista, dramaturgo; es decir, titiritero de criaturas de ficción. Nacían de su pluma y ella las conocía. Al principio les imaginaba una cara, especialmente a las mujeres. De ahí nacían los celos. Por lo demás, él era un hombre de escritorio y biblioteca, y jamás iba a lugares donde ella no pudiera acompañarlo. Con el tiempo dejó de ver las caras de sus personajes, aunque no de oírles la voz. Palabras (las de él), pero dichas con un énfasis (el que añadía ella); palabras insinuantes, comprometedoras y atractivas.

            “(…) A pesar de que nunca había querido confesárselo, sentía unos celos terribles ante esas mujeres que vivían intensas situaciones y amaban de una manera inusual, aunque verosímil. Reconocía que una mujer podía ser así, aunque ella (y sus amigas) no lo eran. Por ciertas conversaciones entre colegas se había familiarizado con la intriga, los personajes y el tema, que así cobraron realidad. También surgía un nombre: Sonia (el de la protagonista). El se encerraba en el escritorio con un termo repleto de café y escribía hasta la madrugada. Lo rondaba, pero Sonia parecía bastarle. (…)”

Paz & Rudy

Publicado en Humor el 25 de Abril, 2007, 10:03 por MScalona
Rudy & Paz

más literatura erótica... Gabriela Wiener...

Publicado en De Otros. el 24 de Abril, 2007, 14:01 por MScalona

Formas de (no) ser puta en Lima,

la horriblemente sexy.

 

 

 

  1. CUANDO ESTUVE EN EL ESCENARIO DE LA SIRENITA

La primera vez que estuve con una prostituta fue en algún lugar del Centro de Lima, muy cerca de Quilca, la calle de los libreros. Cuando vi el letrero: “La Sirenita/ Mujeres prohibido el ingreso”, le pregunté a mi amigo por qué no podía entrar.

-Las mujeres vienen aquí a trabajar no a divertirse.

Mi amigo que explicó que los únicos clientes que se reciben en los decadentes bares de putas del Centro de Lima son hombres que pagan por alternar con las chicas de la casa.

Para tener sus favores, estaban forzados a invitarles wiskys que valen una fortuna y que en realidad son vasos llenos de té. Infiltrarse en La Sirenita es como entrar a una de esas peceras rectangulares de agua estancada. Hay palmeras pintadas en las paredes mohosas y un mobiliario oxidado que logra disimularse bajo el verde neón. A primera vista podría ser cualquier bar crepuscular que acoge parejas de furtivos amantes en mesitas contiguas pero, en realidad, todas son prostitutas negociando caricias con los clientes. Yo tenía veinte años y era la primera vez que veía prostitutas tan al alcance de mi mano. Eran personajes remotos, extraños, de novela realmaravillosa. Pero de cerca, las chicas de La Sirenita parecían sirenas invertidas, con cuerpo de mujer y cara de pescado. Se trepaban al escenario vestidas como vedettes y entonces se transformaban en la fantasía de estudiantes contenidos y proletarios borrachos.

En el altavoz se escuchaba el anuncio del próximo show. Todo se detuvo por un instante para ver el espectáculo. Silvana, una rolliza señora con peluca lila y un exceso de carne celulítica hacía un streap tease digamos que tierno. La siguiente, Tania, tenía un cuerpo decente y se movía con gracia. La última, la China, era alta y atractiva. Hay que admitir que el personal femenino en escena iba de menos a más. En líneas generales yo no tenía nada que envidiarles. Me veía perfectamente capaz de sustituir a cualquiera de ellas en el escenario. Empecé a imaginar cómo sería desnudarse delante de toda esa gente. En un descuido, me subí al camerino. No había nadie. Sus pequeños trajes de brillo colgaban de las sillas. Cogí uno y me lo puse sobre la ropa, modelando frente al espejo. De pronto aparecieron dos chicas en la puerta.

-¿De dónde salió ésta?, dijo una.

-Ya pues mamita, éste no es lugar para jugar a la prostituta.

Les expliqué que sólo quería bailar un rato en el escenario. Ellas me miraron y rieron. De alguna manera les pareció divertido verme ahí con sus ropas, en un intento ridículo por parecerme a ellas.

-Ven que te visto.

Entre las dos me hicieron un gran moño, me quitaron mis trapos y me calzaron una tanga de lentejuelas. En tres minutos era una chica más de La Sirenita.

-Ahora sal.

Sonaba una balada, estoy casi segura que Lady in red. Salí al escenario con todas mis carnes al aire y los reflectores me cegaron.

Quien no ha soñado con ser puta por un día, alucinando con los vestidos de luces y las babas de los hombres. Entonces pasó. Me quedé petrificada. No podía moverme. No sé cuánto tiempo transcurrió entre mi ataque de pánico y mi expulsión vitalicia del mundo del streap tease. Sólo recuerdo que el gorila desnutrido de la puerta me estaba sacando a empellones y que el sueño era una pesadilla.

 

 

 

  1. A DÒNDE TE LLEVA UN ANUNCIO QUE DICE BELLAS KINESIÒLOGAS

Lima también podría ser la capital del sexo a domicilio. No hay nada mejor que para los limeños que estar en casa y hacer una llamada pidiendo una mujer como se encarga un pollo a la brasa o una pizza. Sobre todo si es domingo. Las chicas se anuncian en el periódico con el curioso apelativo de “kinesiólogas” (masajistas), quizá porque en Lima las prostitutas todavía conservan cierto pudor, hasta las putas son herederas de La Tapada, la típica limeña de antaño, una especie de afgana criolla que como su nombre indica se cubría la cara con un mantón para salir a la calle.

En Lima, todos saben que las kinesiólogas no tienen ni un pelo de masajistas.

Aquel domingo mientras hojeaba los avisos clasificados, se me ocurrió llamar a una de estas agencias. Marqué el número “Kinesiólogas Yessenia”. Me atraían los avisos con nombres falsos, como salidos de una fantasía hindú.

-Hola, quisiera una kinesióloga con buen cuerpo para dentro de media hora.

Recibí una negativa tras otra. La chica que estás buscando, me dijo cierta telefonista, es una “de mente abierta”, una todo terreno. Las putas serán libertinas pero no necesariamente son liberales. Les extrañaba que las llamara una chica a hacerles perder su tiempo. Muchas me contestaron que “no practicaban el lesbianismo” y otras quisieron aprovecharse y propusieron precios estratosféricos por “atenderme a mí y a mi pareja”.

Finalmente una accedió a venir. “Cabellos castaño, tetas bonitas, diecinueve añitos, muy ardiente”, dijo la telefonista, “le gusta complacer a hombres y mujeres por igual”.

Vamos a ver. Una hora con ella nos costaría doscientos soles, unos ochenta euros, algo bastante económico en comparación con la prostituta de night club, que puede llegar a los 350 ó 400 euros. ¿Es guapa?, le pregunté.

Ella contestó que sí.

Nos pusimos a esperarla con la nariz pegada a la ventana. La vimos bajar de un taxi, escondidos detrás de las cortinas.

-Es fea

-¿La devolvemos?, dije

-No, qué más da, ya está aquí.

Se llamaba Sandra, olía a jabón de hotel barato y estaba vestida con una minifalda de látex roja y una camiseta de encaje. Era amable y risueña. En efecto no lucía nada guapa aunque tampoco me parecía fea. Como todo lo que se vende grandilocuentemente en los diarios, no dejaba de ser un timo. Su boca parecía un monedero descosido habituado a comerse corazones rotos. El tipo de peruana pobre que por las mañanas amamanta a su hijo y por las noches amamanta extraños por unos billetes. Me dijo que hace unos meses había tenido un hijo, era madre soltera, por eso estaba un poco gordita y tenía estrías en la barriga (me las enseñó un poco avergonzada). Como cualquier prostituta encontraba genial que invirtiéramos nuestro dinero en conversar en lugar de tirárnosla. Una forma perfecta de prostitución. Sandra, la kinesióloga a domicilio, nos contó que acababa de estar con un viejo al que no se le paró nunca.

-No hay necesidad de acostarse con veinte hombres. Si eres mosca basta con uno o dos y ya hiciste suficiente dinero.

Tomamos unas copas, ella aceptó una cerveza, algo raro en una puta. Quizá le caímos bien porque luego pusimos música y bailamos. En la segunda parte de la historia ella podría quedarse en mi casa y yo irme en su taxi. Pero ya teníamos montada nuestra mala película de Hollywood. La llevé a la habitación e intercambiamos nuestra ropa. Yo me puse su minifalda de puta y ella mi pijama de china. Luego salimos al salón.

 

 

 

Confirmado...

Publicado en columnas light veraniegas el 24 de Abril, 2007, 12:03 por MScalona

Confirmado: el amor es causa de muerte
Expertos escoses de la Universidad de Glasgow determinaron científicamente que el dolor originado por este sentimiento puede provocar el deceso

El artículo está en   www.rosario3.com  de hoy...

"ESCOSES"...  ¿SERÁ ESCOCÉS... NO...?    Damiancito, decile al nene o

nena que edita este buen diario digital, que tenga el diccionario a mano... please...

Lo mismo pasa en EL CIUDADANO... (que es el rey de los horrores ortográficos)

Dale... porfi... hay diccionarios de Espasa Calpe a CINCO PESOS y sino, más fácil

www.rae.es

MITOLOGÍA de Manuel Vicent

Publicado en General el 23 de Abril, 2007, 17:04 por pjavkin_

Al inicio de los años sesenta, en mi primer viaje a París fui en busca de los lugares míticos que había leído en los libros. En medio de la caspa del franquismo había imaginado que las callejuelas del Barrio Latino, recién regadas, olían por la mañana a croasán tierno y una chica con cola de caballo, que luego sería la Maga de Rayuela, cruzaba en bicicleta el Pont Neuf. En la rue de Seine, casi esquina al bulevar Saint Germain, estaba el hotel La Louisiane. Sabía que allí solían hospedarse músicos del jazz. Miles Davis, John Coltrane, Charlie Parker; también allí habían vivido varios años Sartre y Simone de Beauvoir en una habitación con cocina y allí Albert Camus se veía con su amante Juliette Greco, una de las huéspedes estable. Era un hotel costroso, viejo y lleno de glamour en cuyo ascensor diminuto podías cruzarte con profesores alemanes y modelos de alta costura norteamericanas. En la calle había un mercadillo de carne, frutas y verduras. A unos pasos estaba el café de Flore y muy cerca el estudio donde Picasso había pintado el Guernica. Recuerdo como uno de los mayores placeres de mi vida haber llegado a ese hotel una tarde calurosa de abril, haber dejado la maleta y haber realizado la primera descubierta por los alrededores. En aquel viaje a París, herido como iba de lecturas, cumplí el rito yendo en busca de la Cloiseríe des Lilas, de la Coupole, del Harry?s bar, de la rue Odeón, 12, donde Silvia Beach tenía la librería Shakesperare & Company. Ahora era una mercería muy humilde, pero una placa recordaba que allí se había editado el Ulises de Joyce. En el teatro Saint Martin acababan de estrenar el musical Hair, el de los hipies floridos contra la guerra de Vietnam. Años después llegaría la explosión de Mayo del 68. Desde Madrid veía el bulevar de Saint Michel en llamas, el encierro de los estudiantes en el teatro Odeón, sus proclamas en las paredes. Tal vez yo era el único español que no estaba allí. Sucedió algo parecido con la tarde en que García Lorca se iba a Granada. Fueron una multitud los que tomaron café con él antes de que subiera al tren que le llevaría a la muerte. Ayer, en un reportaje de las elecciones francesas las cámaras de televisión enfocaron a la socialista Ségolène Royal en el mercadillo de la rue de Seine, al pie de La Louisiane. Con la fuerza de la Magdalena de Proust esas imágenes me han devuelto la melancolía de aquellos días cuando aún creía que la libertad y la vida sólo estaban en los libros y que no había nada en el mundo como ser joven en París.

Artículos anteriores en Abril del 2007

  
Autores
María Paula Cerdán, Francisco Kuba, Verónica Laurino, Marcelo Scalona, Caro Musa, Claudia Malkovic, Silvina Potenza, Marcela González García, Soledad Plasenzotti, Natalia Massei, Mónica M. González, Ariel Zappa, Cintia Sartorio, Cecilia Mohni, Silvia Estévez, Julia M. Sánchez, Matías Settimo, Marisol Baltare, Maximiliano Rendo, Matías Magliano, Andrea Parnisari, Roberto Sánchez, Alina Taborda, Nicolás Foppiani, Mayra Medina, Alfredo Cherara, María B. Irusta, Ale Rodenas, Laura Rossi, Germán Caporalini, Rosana Guardala Durán, Rosario Spina, Sergio Goldberg, Luisina Bourband, Alejandra Mazitelli, Tomás Doblas, Laura Berizzo, Florencia Manasseri, Beti Toni, Nahuel Conforti, Gabriela Ovando, Diana Sanguineti, Joaquín Yañez, Joaquín Pérez, Alvaro Botta, Verónica Huck, Florencia Portella, Valeria Gianfelici, Sofía Baravalle, Rubén Leva, Marcelo Castaños, Luis Astorga, Juan Pedro Rodenas, Esteban Landucci, Dora Suárez, Laura Cossovich, Alida Konekamp, Diego Magdalena, Franco Trivisonno, Gerardo Ortega, Roberto Elías, Facundo Martínez, Ariel Navetta, Graciela Gandini, Jimena Cardozo, Soledad Cerqueira, Juan Gentiletti, Sebastián Avaca, Emi Pérez, Adriana Bruniar, Mariano Boni, Flor Said, Elina Carnevali, Roxana Chacra, Lorena Udler, Nora Zacarías.-