Ey Mirta, feliz dia!!!
Publicado en General el 20 de Octubre, 2006, 13:52 por Lorena Aguado
En el día de la pediatría y del pediatra comparto con ustedes este cuento que escribí hace tiempo…Se encuentra en la solapa educación de: www.mirtaguelman.com.ar
El examen Arrodillada bajo el pedestal, escuché el veredicto: -Dra. Su “re-certificación” como médica es imposible, no pasó el control de calidad. -Carece del saber actualizado, no alcanza el deuterosaber (saber saber), explicó con paciencia un profesor. -Usted no utiliza los instrumentos para un diagnóstico certero: no se coloca guantes para captar la realidad virtual, ni los que sirven para evitar la contaminación emocional, pretende palpar con los dedos desnudos, dijeron subiendo de tono. -No usa anteojos para la visión “pre-genética” y expone su olfato por falta de barbijo, agregó el más alto. -Convoca a toda la familia para la anamnesis, eso requiere espacios no acordes con la realidad asistencial. Las críticas se sucedían interminablemente y cada vez más lejana, escuchaba la voz que preguntaba sobre el lugar que escondí mi intercomunicador celular. ¡Lo más grave! (gritaban al unísono), ¡Le canta a los pacientes! ¿Como procesamos esa información? ¿Es Ciencia o Arte? Usted confunde los límites. Es una banalización de nuestra medicina. Intenté una defensa, pero ya era tarde, sólo atiné a preguntar con dificultad (las cuerdas vocales, empastadas por la tristeza no me respondían) : Ahora ¿qué hago?. Hace un cuarto de siglo que aprendí TODO ESTO, y no sé hacer otra cosa… Nuestro rol no es ayudarla, solo EVALUARLA, respondió secamente el profesor. En todo caso recurra al departamento de MORTALIDAD… Miles de visitadores médicos se acercaban susurrando: -con este producto doctora, -no con eso, -mejor utilice dos, -si nos ayuda le encontraremos una salida…Se multiplicaban y me alejaban cada vez más del profesor que sentí más cercano. Mi esperanza se desvanecía. Por suerte el corazón latió con tanta fuerza que logré abrir los ojos y la pesadilla terminó. Ese día, sin embargo, tuve mucha taquicardia, indudablemente la noticia del diario me había impactado: “ El Dr. Fabertodo, dijo que los médicos deberán rendir un examen cada cinco años, para probar que conservan su nivel profesional”. “Como en EEUU… (continuaba la noticia, haciendo referencia a nuestra diferencia con los países más desarrollados). Sentí deseos de responderle, dialogar, explicar…; pero ¿cómo?, ¿dónde?, quién era yo? Recordé haber leído sobre el tema a Foucault, lo busqué, estaba subrayado, indudablemente mi preocupación era anterior. “El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza. Es una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se los DIFERENCIA Y SANCIONA. En él, se unen la ceremonia del poder y el despliegue de la fuerza”. Envalentonada por la argumentación, escribí una carta, la dirigí al Profesor Fabertodo y la llevé al diario que había publicado la noticia. Esperé… Pasaron meses, la carta obviamente no se publicó, ni llegó jamás a leerla el profesor. Si hay algo difícil de desarmar en esta vida es el Poder, no pretendía hacerlo, sólo que conozca los mecanismos autorreguladores que utilizamos acá: la interconsulta, la derivación, la lectura de revistas o libros, la responsabilidad que tenemos la mayoría y otras cosas más. Pero sobre todo le había transcripto el informe del Profesor J. Muir Gray, del Lancet de 1986: “La formación médica continua es actualmente una importante industria ”. “Las organizaciones de revisión de títulos, son también un gran negocio…” Pienso: si hago un cuento, transitando el repliegue de la “inferioridad”, tal vez, alguien lo leerá…
Mirta Guelman ( mención en el 2do. Certamen literario provincial para Profesionales del Arte de Curar. Año 1993 ) |