11 de Agosto, 2006
Publicado en Pavadas hechas texto, el 11 de Agosto, 2006, 17:30
por Paula Aramburu
Hace frío. Fríos los pies, frías las manos, frío el estómago. Un nudo en la boca del estómago, una grieta absurda y profunda abriéndose lentamente en la boca del estómago. Ni un par de guantes, ni medias largas, de lana, podrían arrancarme el frío del cuerpo. El auto se desliza en silencio sobre la ruta. No vamos a gran velocidad, pero él, por las dudas, mantiene el pie bien pegadito al freno, no llegue a ser que... - Tenemos que hablar - y sube el volúmen de la música por tercera o cuarta vez. Parece que después de todo, no tenemos que hablar, no al menos por los próximos tres minutos y cincuenta segundos que dura este tema de Jack Johnson (y ojalá durase todo el viaje, ida y vuelta y nuevamente ida y vuelta). - Tenemos que hablar - insiste, y su voz suena más fuerte, más grave, más seca; y la boca de mi estómago que se va haciendo cada vez más chiquita, se va cerrando lentamente sobre sí misma, como si un enanito se hubiese instalado en mi espalda a la altura de la boca de mi estáomago y desde ahí atrás, tira, tira y tira de los hilos, sin parar. Y yo, que me dejé la caja de Ranitidina sobre la mesita de luz. Otra vez vuelve a estirar la mano, otra vez. La apoya sobre el volúmen del equipo y lo baja, pero ahora resulta que soy yo la que no quiere hablar, y entonces subo por cuarta o quinta vez el volúmen y agacho la cabeza y me abrazo a la altura de la cintura y me muerdo bien fuerte los labios, como si algo de todo esto pudiera calmar el dolor. Y no, nada, no pasa nada. Todo pasa. "And this shall pass too", y ésto también pasará, me diría mi abuela Blanca. Y entonces apoyo la cabeza contra el respaldo del asiento y miro hacia afuera. Me quedo dormida, pero no, eso creo. No duermo. Entre-duermo. - Tenemos que hablar - escucho una voz desde lejos. Entre sueño y sueño, la fuerza del viento estrella mariposas amarillas contra el espejo y en mis manos, sus alas, se van deshaciendo suavemente, sus alas, diluyéndose en el aire en mil partículas de polen. Pero esta vez, no haré miel.
Paula Aramburu
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Publicado en Mis canciones el 11 de Agosto, 2006, 16:04
por lilian
Silvio Rodriguez
Hay locuras para la esperanza, hay locuras también del dolor. Y hay locuras de allá, donde el cuerdo no alcanza, locuras de otro color.
Hay locuras que son poesía, hay locuras de un raro lugar. Hay locuras sin nombre, sin fecha, sin cura, que no vale la pena curar.
Hay locuras que son como brazos de mal: te sorprenden, te arrastran, te pierden y ya.
Hay locuras de ley, pero no de buscar. Hay locuras que son la locura: personales locuras de dos.
Hay locuras que imprimen dulces quemaduras, locuras de Diosa y de Dios. Hay locuras que hicieron el día, hay locuras que están por venir.
Hay locuras tan vivas, tan sanas, tan puras, que una de ellas será mi morir.
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Publicado en General el 11 de Agosto, 2006, 15:33
por MScalona
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Publicado en General el 11 de Agosto, 2006, 14:22
por Eugenio
Extraño.
Ese instante en
que nos sentimos.
Aquella ocasión
desperdiciada por litros que no rebalsan
ni mojan mi calvicie sentimental.
Lloro.
La pena de saberme superado
por un vacío terrenal
de ojos refractarios y
sonrisas acrílicas.
Disfruto.
Empaparme de tu ausencia
en aguas escarchadas
con frases mitigantes
brindadas por embusteros.
Vivo.
Auscultando los grises
Para encontrar un color
que brille, que realce. Que suene. Que suene. Que suene. Que suene.
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Publicado en General el 11 de Agosto, 2006, 14:03
por MScalona
NOVELA CORTA - CUENTOS y FOTOGRAFÍA
cierra el 30 de agosto próximo, premios de 9.000 y 5.000 euros.
Excelentes Jurados, un premio serio y que han ganado muchos argentinos
nóveles. Les mandé las bases y datos de contacto por MAIL, fíjense.
p a r t i c i p e n... es un concurso serio, y lo han ganado ya dos
rosarinos, PATRICIA SUÁREZ y PATRICIO PRON, y muchos argentinos.
Muchos de ustedes tienen excelentes cuentos para arrimar el bochín. A
ponerse las pilas... cierra el 30 de agosto, pero vale la fecha del matasellos,
o sea que, hasta ese día se puede enviar... si gana alguno, vamos a PARÍS,
pero salimos desde SANFORD, claro...
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Publicado en General el 11 de Agosto, 2006, 1:09
por Lorena Aguado
A mi me tocó interpretarte. Pronosticar la adulteración de tus excesos. Calcular tus distracciones. No advertir los comentarios de los demás, procurar que no me alcancen.
Y al final enterarme.
Tenés la costumbre de hablar de más, en eso coincidimos. Un día se te ocurre que necesitás abandonar tu urbanidad deteniendo la noche, anclándote en mis tímpanos y escupiendo una retórica pasional sobre mis hábitos de fuga. Después deslizás algo así como un te amo entre dientes, y yo tengo que hacerme cargo de eso y decidir que es mentira. O una especie de lapsus.
Me comporto de manera infantil, es verdad. Debería volver a la escuela, hacer la primaria y aprender a leerte, por ejemplo.
Tendría que saber de memoria que las cosas son frágiles, tienen ciclos y duran breves.
Como contracciones… eso.
Duelen.
Duele.
Dolés.
Dolés hasta en las peluquerías.
Norah Jones solfea Don’t know Why mientras mujeres adyacentes se dejan lavar el pelo con shampoo de litro por otras mujeres. Peor son las que se lo dejan cortar. Yo estoy en eso.
Mientras, pienso que ya no tengo ganas de descifrarte. Que mi coeficiente intelectual es insuficiente. Que si tu vida es un jeroglífico yo no tengo por qué dibujarme de perfil.
Mi semblante izquierdo es el de una mujer herida y a vos no te conviene. En cambio si es por comodidad, a mi me combina maravillosamente los domingos a las 7 de la tarde, cuando te disimulo entre pensamientos domésticos y te confieso balbuceante que el dolor tiene la misma cantidad de sílabas que tu nombre.
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Publicado en General el 11 de Agosto, 2006, 1:06
por Lilian y Carlos
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Ella preparó el café aún dormida mientras él se bañaba.
Escuchaban Miles Davis.
Se acercó con el toallón atado en la cintura.
Besó su nuca y se sentó a desayunar.
Ella quiso leerle algo de Paul Auster
-"No nos exigíamos nada, nos veíamos en forma intermitente y llevábamos vidas estrictamente independientes, sin embargo había un sólido afecto, una intimidad que no he podido conseguir con nadie más…"
Cerró el libro y lo dejó sobre la mesita de la cocina.
- ¿No te parece que habla de nosotros? – dijo Lilian
- Mmmmm, sí, me parece que sí – dijo Carlos
- En el taller de Scalona, la gente también se enamora.
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