Marce Nomalumbre'

Un Aporte de RODRIGO MONTIDORO (16 años) taller de los Jueves.- 

> Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre "Hicimos
> lo que pudimos... pero nació vivo".
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> Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta.
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> Como era prematuro me metieron en una incubadora... con vidrios polarizados.
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> Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo.
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> Así que en vez de darme el pecho, me daba la espalda.
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> Es por eso que debo haber quedado petiso, tan petiso que en lugar de ser
> enano, soy profundo.
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> Yo siempre fui muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban:
> "Señora, a su hijo ¿lo parió o lo tejió?"
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> Mi padre llevaba en su billetera la foto del niño que venía cuando la
> compró.
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> Pronto me di cuenta que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la
> bañera eran un radio y un tostador eléctrico.
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> Una vez me perdí. Le pregunte al policía si creía que íbamos a encontrar a
> mis padres.
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> Me contesto: "No lo sé; hay un montón de lugares donde se pudieron haber
> escondido".
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> Y para colmo era muy flaco, tan flaco que un día metí los dedos en el
> enchufe y la electricidad erró la patada.
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> Era realmente flaco: para hacer sombra tenía que pasar dos veces por el
> mismo lugar.
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> Pero mi problema no era ser tan flaco sino ser FEO.
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> Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro
> jugara conmigo.
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> Sí, amigos, yo soy FEO, tan FEO que una vez me atropelló un auto y quedé
> mejor.
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> Cuando me secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo mío a mis padres
> para pedir recompensa.
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> Mi madre les contestó que quería mas pruebas.
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> Tuve que trabajar desde chico.
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> Trabajé en una veterinaria y la gente no paraba de preguntarme cuánto
> costaba yo.
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> Un día llamó una chica a mi casa diciéndome: "Ven a mi casa que no hay
> nadie". Cuando llegué no había nadie.
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> A mi mujer le gusta mucho hablar conmigo después del sexo. El otro día me
> llamó a casa desde un hotel.
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> El psiquiatra me dijo un día que yo estaba loco. Yo le dije que quería
> escuchar una segunda opinión. "De acuerdo, además de loco es usted muy feo",
> me dijo.
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> Una vez cuando me iba a suicidar tirándome desde la terraza de un edificio
> de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sólo dijo:
> "En sus marcas, listos..."
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> El último deseo de mi padre antes de morir era que me sentara en sus
> piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica...
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> Reflexión: Si el mundo te da la espalda, tocale el CULO.
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